Tony Skyrunner escribió:De pequeño no se me daba muy bien la clase de Plástica. Sin embargo, cuando la profesora anunció que íbamos a diseñar nuestras camisetas, me puse contentísimo: por fin podría tener una molona camiseta de Sonic imposible de conseguir para un mocoso viviendo en 1994. Hice una fotocopia ampliada de la portada de una Superjuegos en el videoclub de debajo de mi casa, compré las pinturas para tela y me puse manos a la obra con una camiseta blanca. Un par de horas después ya tenía mi obra de arte terminada con este diseño chinesco de Sonic 3:
Recuerdo con mucho cariño aquella camiseta. Gracias a ella fui el más guay del colegio durante un par de semanas, y la verdad es que me dio cierta autoridad imaginaria en las discusiones Sega vs Nintendo. Al final la pintura se fue estropeando al lavarla, y a los pocos meses la guardé en un armario sabiendo que no la llevaría nunca más.
Saltemos ahora a agosto de 2007.
Aquel verano hicimos la mudanza del piso a nuestra actual casa, y la camiseta apareció en el fondo de un cajón. Mi hermano se sorprendió al encontrarla, pues era bastante pequeño cuando la hice y no recordaba que hubiese existido, y me dijo que le habría gustado tener una de Mario -sí, un hermano seguero y otro nintendero; normal que nos lleváramos a matar de pequeños
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Total, que aquello me dio una idea de regalo de cumple. Mi idea era poner esto en una camiseta:
Había visto en tiendas online camisetas con el mensaje en letras ochobiteras, pero ninguna tenía los sprites ni los marcadores, así que lo hice a mano: saqué una captura con el emulador, la envié a una tienda de camisetas de Valencia y me estamparon el diseño en una camiseta negra. Casi 40 eurazos me costó la fiesta, pero mereció la pena. Mi hermano flipó en colores cuando abrió el paquete con su regalo, y todo parecía ir bien en el universo.
Enero de 2008. A mi hermano le llega a casa
una citación judicial de ADECE -la SGAE de los videojuegos- con una
reclamación de 8.350,02 euros en concepto de derechos de autor por el uso de nombres e imágenes registradas en un uniforme de trabajo. No pongo la historia completa porque es muy larga y el asunto todavía está en manos de la Audiencia de Valencia, pero ahí va un resumen: al parecer, un inspector se tomó unas copas en el pub de mi hermano meses antes y vio su camiseta. Haciéndose el simpático -creemos, porque mi hermano ni se acuerda-, le preguntó dónde se la había comprado, y mi hermano le contestó que era una camiseta "casera" y, por tanto,
no oficial.
Una semana más tarde, la sociedad de derechos de autor envió una carta
certificada a mi hermano exigiéndole
380€ en concepto de derechos de autor, pero la envió a nuestra antigua dirección y alguien -suponemos que los nuevos propietarios, aunque ellos lo niegan- firmó la recepción de la carta. Solamente con ese dato ya habría suficiente para desestimar el caso -alguien que no era mi hermano recogió la carta de manera ilegal y nunca se la hizo llegar, por lo que mi hermano jamás la pudo leer-, pero aun así lo llevaron a juicio. El 2 de octubre de 2008, el Juzgado Mercantil número 4 de Valencia condenó a mi hermano a pagar la cantidad íntegra que exigían los demandantes -repito,
8.350 euros con sus dos céntimos- y las costas procesales, que llegaban a casi 4.000€. Sí, como lo estáis leyendo.
Como digo, la sentencia se reclamó inmediatamente y ahora todo depende de la Audiencia de Valencia, pero la cosa está paralizada y no tiene muy buena pinta. Aquí tenéis la noticia en el Levante:
http://www.levante-emv.com/comunitat-val...go-6410.html Lo peor de todo, como os podéis imaginar, no es la multa astronómica y el dinero que ya le ha pagado al abogado. Lo peor es que te condenen por una tremenda tontería que no causa daño a nadie por mucho que mi hermano llevara la camiseta en un local comercial -ni a la marca registrada ni a Nintendo, de ninguna forma- y que encima aleguen que mi hermano hizo caso omiso a sus notificaciones habiendo demostrado que ya no vivíamos en el domicilio al que se envió la carta. Lo peor es la impotencia de saber que tienes razón, que no has hecho nada malo, y aun así una organización de mafiosos acaba convenciendo al juez de que llevar una simple camiseta es un crimen comparable al enaltecimiento del terrorismo o algo así. Lo peor es la incertidumbre, son todas las noches que nos hemos pasado sin dormir porque no sabíamos qué iba a pasar con mi hermano.
Lo peor es que este post es mentira. Lo peor es casi el día entero que se tiró mi hermano en el retén de la Policía Foral hasta que pudo contactar con mi madre. En fin, no sigo porque me saltan las lágrimas.
Sirva este post como aviso a navegantes: aseguraos de que vuestras camisetas no infringen ningún derecho de autor, haya dibujos, marcas o frases registradas en ellas. Comprad camisetas oficiales y olvidaos de llevar diseños caseros, porque parece una broma de mal gusto pero os podéis meter en un follón de los buenos. Casos como el nuestro salen a la luz una vez al cabo de mil, la gente se lleva las manos a la cabeza y al día siguiente ya está todo olvidado, pero para quienes lo estamos viviendo de cerca es un infierno. Si queréis hacerme alguna pregunta personal sobre mi caso, usad los MP. Gracias.
Resumen para vagos: mi hermano se llevó una multa brutal por infringir derechos de autor al llevar una camiseta de videojuegos casera en su local.