Buenas a todo el que lea esto, de entrada quería presentarme, soy un chico aficionado a crear debates posteando relatos o teorías en mi facebook sobre temas unas veces existenciales otras más personales, un amigo me ha recomendado este foro, pensando ambos que sería interesante debatir a mayor escala. Así pues, simplemente procedo y a ver que os parece el asunto, os presento una nota que me ha dado por escribir hoy mismo.
Dardos envenenados...
Justo acababa de escuchar la rueda de prensa de Mourinho, personaje que en líneas generales me parece un bufón, pero que hoy ha soltado una frase lapidaria en prensa (a la cual, por cierto, ha demostrado no ceñirse mucho, pero eso es otro asunto), la frase era simple y concisa "Yo soy sincero y ser sincero en un mundo de hipócritas es un defecto, este es mi problema."
Claro, y directo. No he podido evitar sentirme identificado con esta frase aunque obviamente a una escala muchísimo más cotidiana, mi duda radica en un ¿porque se le da tanta importancia a la apariencia, al status, al quedar bien, al "qué dirán"? Si algo he pretendido desde que tengo conciencia moral (para mí, desde los 16 años) es casarme con mis ideales, más que con mis deseos profundos y sobretodo más que con las apariencias. Y tras casi 4 años, de los cuales los 2 primeros fueron duros al no estar realmente preparado para lo que implica actuar sin complacer a nadie sistemáticamente y haber reacciones que no supe encajar por esperar algo de según qué personas, puedo llegar a varias conclusiones.
Por una banda, a más transparente seas, de menos personas te rodearás y más valiosas serán, pues no todo el mundo está preparado para soportar y apreciar mis palabras, que alguna vez me han dicho que son puñales o dardos envenenados. Solo son dardos para el que se permite el lujo de ser diana. No es culpa del orador (y hablo en nombre de cualquier persona que intente ser transparente), no hay maldad, simplemente es decir lo que uno ve, aunque en mi caso admito que no cuido las formas y eso puede hacer daño, no importa, no se busca quedar bien en la apariencia, se busca que se aprecie el fondo.
Desde otro enfoque, directamente relacionado con el anterior, tratar de actuar transparentemente te lleva directamente a exigir lo mismo, porque uno siempre quiere lo mismo que da. Aquí viene el gran dilema, ¿Se le puede pedir peras al olmo?O mejor dicho, ¿Merece la pena buscar 5 rosas es un campo de malas hierbas de 200 kilómetros, aún a sabiendas de que esas rosas son lo más hermoso que pueda haber y te encantaría tenerlas en tu jardín? Hablo claramente de una idea de inconformismo, porque sí, te vuelves exigente, muy exigente con las personas, sobretodo del sexo contrario, una señal que uno considere lo bastante clara de hipocresía puede suponer un "a la mierda" automático para la persona en cuestión que haya actuado hipócritamente, de forma radical. Lo sé, lo he hecho.
Esta postura, cuando ya te has acomodado a ella, te proporciona una estabilidad de ego bastante decente, un amor propio difícil de romper y menos a sabiendas de que tienes a tu lado personas muy fiables, rosas como las que antes he dicho, tan difíciles de hallar, que estarán ahí por si te tambaleas un poco, aunque sabes que no necesitarás que te rescaten si te lo propones. Te hace consciente de que el único que siempre estará en tu vida eres tú y como tal debes ser tu primer clavo ardiendo.
La exigencia a la que lleva hacer voto de honestidad, hace a la vez (y admito que esto me inquieta)difícil arraigar sentimientos más allá de la amistad, término fácil de manejar entre amigos de un mismo sexo, pero difícil de gestionar cuando tratas de situarlo en un contexto chico-chica y a la vez seguir siendo tan exigente como tus principios te piden que seas. Por no decir imposible.
Mi conclusión tras estos 4 años y lo que realmente me llevo son 3 cosas: ego más o menos estable, lazos amistosos transparentes, de los cuales no todo el mundo puede hacer gala y un gran desencantamiento hacia un mundo demasiado preocupado por parecer y no por ser.
Dedicado a todo el que alguna vez en su vida se sintió frustrado por decir la verdad y sentirse como "diferente".