Hoy voy a hablar de la clase de seres humanos más cercana a lo que deberíamos ser todos, son honestos, leales, siempre miran por el interés general en vez de por el suyo propio, se sacrifican por los demás, son las personas más trabajadores que hay, en fin el espejo en el que todos deberíamos mirarnos.
¿De quién hablo? Está clarísimo, de los políticos, esa raza superior de personas honestas e integras.
Pero vamos a hablar un poco de historia, ¿de dónde salen, como se crearon estos superhombres?
Hace mucho, pero mucho tiempo, se cree que Marujita Diaz aun no había nacido, el ser humano viva en tribus.
En esas tribus todos los integrantes tenían unas funciones determinadas, había gente preparada y adaptada a la caza, pues ellos cazaban, había gente preparada a crear instrumentos diversos, pues se dedicaban a eso, gente que cocinaba, gente que pescaba y gente (solían ser las mujeres, ahora a eso se le llama machismo pero ya nos gustaría a día de hoy que nuestras mujeres pudiesen estar en casa criando a sus hijos y no echando horas en una empresa de mierda por 4 perras)que se quedaba en casa cuidando de la prole, total en definitiva que la tribu se basaba en un colectivo de gente especializada en diversas tareas.
Pero llegó un día en el que nacieron personas inadaptadas, inútiles y que no valían para hacer ni la O con un canuto, sinvergüenzas y parásitos que no sabían que hacer porque no estaban cualificados para hacer nada.
El resto de la tribu los miraban como meros parásitos y ellos, pobrecillos, en vistas de que en cualquier momento podrían ser expulsados de la tribu se inventaron un oficio.
Se convirtieron en curanderos y magos, tomaban drogas que prohibían al resto de la tribu y decían que hablaban con los dioses.
Con el tiempo, los magos y curanderos viendo su escasa eficacia ante enfermedades reales ya que los miembros de la tribu morían sin compasión, se dieron cuenta que ese cuento no podía durar mucho tiempo y abandonaron sus extraños ropajes por trajes de Armani y corbatas italianas.
Pero claro, el hábito no hace al monje y seguían siendo tan inútiles como siempre y entonces se inventaron otra profesión: representante de la tribu. Decían: yo os represento, a cambio de un módico salario.
Evidentemente la tribu no necesitaba representantes ya que era una estructura perfecta en la que todos arrimaban el hombro, pero para necesitar representantes inventaron una nueva cosa, la guerra.
Ahora si que la tribu necesitaba a alguien que les mandase al frente a morir mientras ellos estaban en sus casas bebiendo jalea de mono.
Y así se creó la política, esos seres que no solucionan problemas, que solo saben crearlos, que no son capaces de hacer nada bien y que además cobran sueldazos y han creado un mundo en el que ser político es un chollo, las reuniones las hacen siempre después de una buena comilona, que pagamos nosotros, los viajes que se pegan también los pagamos nosotros, y la vida de reyes sin hacer nada se la pagamos nosotros. Luego no solucionan ninguno de nuestros problemas y se quedan tan panchos. Y otra cosa, las leyes las hacen ellos y ellos deciden que es delito, ¿alguna vez te has planteado porque los delitos de corrupción tienen las penas tan bajas? Pues porque son los delitos que ellos cometen, no se van a poner penas altas (son inútiles no gilipollas), miran siempre por el beneficio de la comunidad, claro.
Porque si son unos angelitos que hay que quererlos y amarlos, porque en el fondo son unos incomprendidos. Porque que harían ellos, animalicos, si no pudiesen dilapidar nuestro dinero.
Sabiendo sus orígenes, quizás podamos erradicarlos de la faz de la tierra, porque ya lo sabes, están ahí porque no sirven para hacer otra cosa, recuérdalo. Hay que quererlos, no hay que darle un pescado para que coman, hay que enseñarlos a pescar para que así aprenda a hacer algo útil para la comunidad.