Pues nada, estoy bastante obsesionado con una chica, los problemas son mi nula capacidad de buitreo, que es una compañera de la carrera y vive en otra ciudad (tengo que coger el bus para ir a clase) y que apenas puedo tener contacto con ella por no salir por esa ciudad.
Por si fuera poco ya curso el segundo año de la carrera y resulta que ha sido en este curso cuando me ha empezado a gustar, otro inconveniente es que se puede decir que no está dentro de mi grupo, lo que hace complicado hablar más allá del tuenti (y porque inicio yo siempre las conversaciones).
El caso es que me considero una persona poco atrayente, se puede decir que pese a que caiga bien a la gente (simplemente porque intento ser agradable y no busco líos, además creo que transmito la sensación de ir por libre), no tengo lazos muy fuertes con demasiadas personas, y cuando salgo de casa no es hasta muy tarde e incluso me suelo aburrir a veces, tampoco me desenvuelvo como el resto de la gente. Por esto que cuento, aunque estoy seguro de que caigo muy bien a la chica en cuestión no creo que ella tenga mucho interés en mí, lo que ocurre es que me frustra bastante verla todos los días en clase y apenas poder relacionarme con ella. Nos llevamos bien por alguna ocasión en la que sí hemos tenido contacto, como algún día que he estado ahí por la mañana con ella y otros compañeros o una cena de clase (en esa ocasión intenté acercarme a ella y no sé si lo notaría, pero tengo la impresión de que puede pensar que soy así con todo el mundo).
Os estaréis preguntando que a qué viene esto si parece que hay tan pocas posibilidades de conseguir algo, pues viene a que quería desahogarme y a que barajo la opción de decirle directamente que me gusta, si la chica es como pienso que es se hablaría el tema y aunque me rechazara no se lo tomaría mal y poco a poco se volvería a la situación actual (cierta amistad y confianza); esto sobre todo por dos razones: el no ya lo tengo y estando como estoy esto me puede pasar factura (si es que no me la ha pasado ya), al menos quedarían las cosas claras, si me dijera que no, intentaría olvidarme y pensar en otras cosas (e incluso así me costaría porque soy un cabezón), pero la vergüenza y el miedo son fuertes obstáculos.