Por experiencia:
Compra el mueble que creas que mejor valga para la casa y móntalo directamente. Cuando la parienta lo vea te va a montar un pollo de tres pares de cojones, pero al menos ya te quitas el problema de encima.
Te puede parecer una mala idea, pero la alternativa incluye un montón de tardes perdidas, varias discusiones, malos rollos, un pollo final igual o más grande que en el caso anterior porque no la apoyas ni te preocupas porque la casa parezca un sitio decente para vivir y al final la compra de un mueble que ni te va a gustar a ti ni ella se va a sentir cómoda con él porque no es exactamente el que quería y tú no te molestaste en buscarlo.