Pues eso, como algunos habréis notado, he estado una semana fuera. El motivo es que me he escapado para acudir a uno de los conciertos de la gira europea de Meat Loaf en Dublín. De paso he visto Irlanda, pero ese no es el tema ahora.
El concierto fue sencillamente perfecto. Daba gusto todo: la organización, el público, el sonido, y por supuesto la actuación.
La entrada costaba 70 €, pero lo valía.
La seguridad impedía las carreras, había anuncios por megafonía para que la gente supiera dónde estaban situadas las salidas de emergencia, la gente cogía su sitio y respetaba los sitios de los demás en todo momento. Nada que ver con las guerras a las que yo estoy acostumbrada. De hecho en el foso no había ningún segurata, estaban todos a los lados vigilando.
Cogí un sitio muy bueno, casi centrada, tuve a Meat Loaf a tres metros de mí casi todo el tiempo. Los teatrillos que monta se hacían prácticamente delante de mi sitio.
El sonido de la banda era limpio, la acústica buena (aunque sospecho que los que estaban atrás no oirían tan bien porque la gente amortigua mucho la vibración), las coristas perfectas, y la artista invitada, Marion Raven, de quien tenía yo mis serias dudas de que pudiera estar a la altura, me sorprendió gratamente. Pensaba que la voz de Meat Loaf se iba a merendar a la suya, pero no. La chica tiene una gran voz.
Y qué decir de Meat Loaf... puf, no me puedo creer que este hombre tenga un bypass hecho. No paró, vivió intensamente las dos horas y media que duró la actuación, hizo bromas, hizo teatro... y cantó como siempre. Al principio parecía que no llegaba, pero yo había visto una actuación suya en vídeo y sabía que eso sólo ocurría al principio, mientras calentaba la voz.
Efectivamente, cinco minutos más tarde ya estaba en plena forma y demostrando lo que es, un monstruo.
En el repertorio no faltaron sus clásicos Bat out of hell, You took the words..., Rock and roll dreams come true, Out of the frying pan, y por supuesto el Paradise. Llevaban pirotecnia, y una sorpresita, que pongo en spoiler no vaya a ser que alguien vaya a ir a verlo:
Total, que eso, que merece la pena hacer algo así, por lo menos una vez en la vida. Era como ver un DVD, estar allí, tan cerca, parecía un sueño.
Los irlandeses, pan comido: fue fácil coger uno de los mejores sitios (sólo pasé una hora y media en la cola), nadie me empujó aunque una chica, en un arranque de emoción acabó cogiéndome de la cintura, y si no llega a ser por ella, habría jurado que detrás de mí no había nadie.
Pillé tres púas, aquí la prueba:
La cuarta la vendían en el merchandising. La blanca es la del propio Meat Loaf y las dos negras son de Paul Crook. Paul es heavy, y cuando se acercó hacia donde estábamos, mi marido y yo saludamos como está mandado entre heavies ( \m/ ), él se dio cuenta y tiró todas las púas hacia nosotros.