Un centenar de ciudadanos increpa a un policía nacional por «zarandear» e «insultar» a un vendedor ambulante y logra que le devuelva su mercancía
Un vendedor ambulante de origen africano fue salvado ayer por el pueblo en la calle Campoamor. Un policía nacional zarandeó e insultó -según testigos presenciales- a un joven inmigrante que practicaba el «top manta» en esta calle, a la altura de la iglesia de San Juan. La gente que pasaba por el lugar en ese momento se revolvió contra el agente policial, provocando una fuerte discusión en plena calle sobre su actuación, y también sobre el «top manta». Unas cien personas participaron en el «motín», que consiguió que el agente de Policía devolviese la mercancía incautada al vendedor ambulante.
Todos a una. Ésta fue la reacción de al menos un centenar de ciudadanos contra una actuación policial, a mediodía de ayer, en la calle Campoamor de Oviedo. Un agente de la Policía Nacional increpó y zarandeó «con muy malos modos», según testigos presenciales, a un inmigrante que practicaba la venta ambulante a la altura de la iglesia de San Juan. Los ciudadanos que paseaban por la calle en ese momento y se percataron del incidente se amotinaron contra el policía, quien, ante la presión popular, dejó libre al vendedor, devolviéndole incluso su mercancía ilegal.
La céntrica calle Campoamor es uno de los lugares preferidos en la ciudad para practicar el «top manta», la venta ambulante de productos ilegales, como es el caso de copias de música, cine y marroquinería, entre otras cosas.
Un agente de la Policía Nacional se dirigió ayer a uno de los vendedores ambulantes de la calle, que vendía, en su mayoría, bolsos falsos de firma, para interrumpir su actividad. Pero lo hizo, siempre según testigos presenciales, «a empujones e insultándole». Esta actitud no dejó impasible a los ciudadanos que circulaban por la calle, quienes censuraron el comportamiento del agente y se echaron literalmente encima suyo. El policía, en pocos segundos, pasó de insultar a ser insultado.
Discusión
La atención se centró más en el policía que en el vendedor ambulante, y se generó un acalorado debate a pie de calle. El agente no gorgutó. «Esta gente no hace daño, dedíquense ustedes a detener a terroristas», dijo una señora al policía nacional. «Señora, las ideas tienen dueño», le respondió un caballero a esta mujer a propósito de la actividad ilegal que originó el altercado. «No es digno del uniforme que lleva», le espetó otra ciudadana al agente de Policía. Así, un buen rato, apelando incluso a la Navidad, para que el agente reparase su conducta con el joven inmigrante.
Fue un juicio rápido. Después de unos intensos minutos de discusión ciudadana, el agente de Policía Nacional, en vista de la opinión del pueblo, optó por devolver al vendedor ambulante, de origen africano, la bolsa que contenía su mercancía ilegal. Al instante, el agente fue premiado con un sonoro aplauso ciudadano.
El vendedor ambulante abandonó entonces la zona, y en pocos minutos tres patrullas de la Policía Nacional se concentraron en el lugar del incidente, en la calle Campoamor, para hacerse cargo de la situación.
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1869&pIdSeccion=31&pIdNoticia=592874
Increible que yo no este metido en esta -_-! Pero me he sentido por primera vez orgulloso de mi ciudad.