Hay que tener más nervio que en Portal. Parece que es pensar más o menos lo mismo pero además hay que imprimirle cierta habilidad con los saltos y el plataformeo.
Arriba o abajo, ligero o pesado... ¡nada de esto tiene sentido en la casa de un científico chiflado! Pero justo es lo que hace que Quantum Conundrum sea un título tan divertido e ingenioso. Un juego de puzles como pocos, que es capaz de sorprender durante horas sin perder nunca la frescura que lo hace tan especial. Y todo ello por un precio ridículo en comparación con las horas de entretenimiento que ofrece.
No hay portales dimensionales ni la omnipresente voz de GLaDOS está ahí para atormentarnos, pero el nuevo juego de la creadora de Portal, la diseñadora Kim Swift, mantiene intacto el encanto y calidad de su obra original. Algo que comprobaréis vosotros mismos nada más poner los pies en la mansión del profesor Fitz Quadwrangle, donde disfrutaréis de una de las aventuras de puzles y habilidad en primera persona tremendamente divertida y original.
¡Abajo las leyes de la física y el tiempo!
Atrapado en una dimensión paralela por culpa de un experimento fallido, y sin opción de regresar para poner fin al caos que se ha desatado en su propia casa, solo nosotros podemos salvar al bueno del profesor Quadwrangle. Y nada mejor que hacerlo usando uno de sus mejores y más recientes inventos: un guante capaz manipular la gravedad, modificar la masa de los objetos para que sean más livianos o pesados, e incluso ralentizar el tiempo.
Cuatro acciones que usaremos activamente para resolver los numerosos rompecabezas que componen esta divertidísima aventura que, si por algo nos ha encantado, ha sido por su gran capacidad para reinventarse a sí misma. Y es que todo es posible en Quantun Conundrum: incluso poner la casa patas arriba.
Zonas de plataformeo, complejos desafíos mentales, pruebas de habilidad y precisión... cuando crees que ya lo has visto todo, un nuevo desafío aparece solo para demostrarte que estabas equivocado. Una gran variedad de situaciones que se ha visto correspondida con un no menos brillante diseño de los rompecabezas, que nos han impresionado tanto por su originalidad como por la aplastante lógica que los define. No en vano, lo que en principio puede parecer imposible, siempre termina con un rotundo ¡Eureka! brotando de nuestros labios, al dar con la solución correcta -al igual que una sonrisa por haberlo logrado-.
Las cuatro dimensiones
También resulta formidable el acertado uso que se ha hecho de las cuatro dimensiones disponibles -depende del nivel en el que nos encontramos-, y lo instintivo que resulta acceder a las mismas. Pieza clave para la resolución de la gran mayoría de puzles, en los que tendremos que alternar rápidamente entre una y otra dimensión para obtener los resultados esperados. En principio, con usos muy simples que pueden llevarnos a engaño; pero más adelante, la cosa cambia hasta tal punto que resulta imposible no quedar impresionado ante los complejos desafíos que plantea el título. ¿A qué nos referimos exactamente?
Básicamente, nuestros primeros pasos se limitarán a mover objetos de un lado a otro, activar los interruptores adecuados en el orden correcto, o sortear sencillas plataformas. Situaciones que aumentarán en complejidad al avanzar en la aventura, donde terminaremos guiando elementos del entorno de forma indirecta, creando estructuras que nos permitan sortear grandes abismos, e incluso surfeando a bordo de determinados objetos.
Trucos que iréis descubriendo progresivamente gracias a su acertada curva de dificultad y a los divertidos comentarios del profesor Fitz Quadwrangle, que de principio a fin nos acompañará con sus jocosas conversaciones y sabios consejos. En este sentido, el tono desenfadado de la aventura le resta parte del encanto y misterio que rodeaba al clásico Portal y su temible GLaDOS; pero la historia tiene el suficiente peso como para mantenernos interesados hasta el final... momento en el que disfrutaremos de una conclusión abrupta y sin un clímax a la altura de lo esperado.
Una pequeña mancha que se suma a cierto grado de imprecisión en las fases de plataformeo, en las que la apuesta por una cámara en primera persona puede jugarnos alguna que otra mala pasada. Aun así, ambos son fallos menores que no enturbian un resultado más que sobresaliente al que pocas pegas más se le pueden poner. Menos si tenemos en cuenta que por tan solo 14,99 euros, podemos disfrutar de una divertidísima e ingeniosa aventura con unas ocho horas de duración; más las horas extra que dediquemos a localizar todos los objetos ocultos, completar los desafíos adicionales, o mejorar nuestras marcas en cada nivel para compararlas con las de otros jugadores.
Tampoco podemos olvidarnos de su notable apartado audiovisual, que sorprende por el brillante diseño visual de los puzles, el acertado uso de los colores, la estética de la mansión, y lo mucho que cambia visualmente cada escenario dependiendo de la dimensión en la que nos encontremos; con especial atención para los cuadros, que mostrarán un contenido distinto. Y aunque es verdad que se echa en falta algo más de variedad en los entornos por los que nos movemos, el resultado nos parece más que correcto.
Lo que no nos ha gustado tanto son los pequeños tirones que pega el motor gráfico cada vez que carga una nueva área de juego -tras abrir una puerta-, ni las escasísimas opciones de configuración gráfica que presenta. Algo que puede impedir a algunos usuarios disfrutar de la acción como es debido por no tener un equipo en condiciones -aunque es verdad que el juego tampoco pide mucho-.
Por último, no queremos olvidarnos de la animada banda sonora que nos acompañará a lo largo de la aventura, ni del gran trabajo realizado por el actor de John de Lancie, famoso por interpretar a Q en Star Trek, que ha sido el encargado de poner voz al divertido profesor Fitz Quadwrangle. En este sentido, la voz del narrador se mantiene en inglés, pero los textos han sido traducidos al castellano.
Valoración de Quantum Conundrum
Rematadamente loco, muy desafiante, y con unos rompecabezas tan ingeniosos como originales. Existen muchos motivos para hacerse con Quantum Conundrum, pero ninguno tan importante como su capacidad para divertir por tan poco dinero. Es cierto que tiene pequeños fallos y que su final no está a la altura, pero ahora mismo sería un pecado dejar escapar un juego como este por algo tan nimio. No en vano, juegos de puzles hay muchos, pero pocos con la calidad de Quantun Conundrum.