Mientras me incorporaban de la arenosa superficie del desierto, pude notar un gargajo ajeno deslizárseme garganta abajo.
No me preocupaba, ya nada me preocupaba.
Estaba exahusto, como cada persona que en toda la historia había seguido el ritual de iniciación de los Shas-Aklad: 3 dias y 3 noches bailando y retorciéndose sumido en pesadillas y alucinaciones producidos por el cactus de Malavea. Mi alma estaba confusa, mi cabeza desquiciada...dicen que cuando el efecto de la droga pasa, todo vuelve a la normalidad...yo no lo creo.
Es imposible
¿cuanto llevo asi?...se que son 3 dias pero...no comprendo el tiempo, el paso del tiempo es un misterio para mi...un instante y la eternidad...conceptos que no puedo asimilar...quiero llorar, llorar amargamente hasta desgastarme los ojos y, sin embargo me estoy riendo, riéndome a carcajada limpia ¿O acaso cantaba?
Los sonidos no vienen de un solos lugar ¡Ah! Hay algo detras mio, ah, sigue estando detras mio, por muchas vueltas que dé, me mareo...¿como puedo dar vueltas si me estan sujetando?...Imagino que hombres, no sé que es un hombre, no sé qiue es real, no se si estoy confundido ahora o lo he estado toda mi vida.
¿Moriré?¿Moriré de intoxicación?¿moriré de sed?¿estoy bebiendo? Si que llego a recordar las terribles diarreas que me asaltaron lo que yo supongo fue el primer dia.
De pronto me asaltó un terrible pensamiento: ¿Y si muero porque no soy capaz de comprender cómo estoy vivo?
Mientras me debatía con esta idea que lo mismo podria haberse formulado en el cerebro como en el hígado, una parte de mi era consciente de lo que tenia delante: Un hombre, desnudo pero pintado, machacando de ese cactus infernal en un mortero, mientras el mismo lo masticaba, ayudado de agua.
Se acercó a mí lo mas rapido que había visto acercarse a nadie nunca, y sin embargo me pareció una eternidad.
Y de pronto, no podia cerrar la boca, simplemente no podia y lo ví de nuevo, esa flema amarillenta, verdosa, espesa, esa maldita pulpa de cactus que me acabaría condenando a un manicomio.
E, instintivamente, volví a tragar.