Nadie se imagina lo duro que es ser un pez.
Tal vez si fuese un pez libre, sería mas feliz. Cuentan mis abuelos, que hace muchos años, nuestro hogar no tenía limites, y no vivíamos tan mal como ahora...
Quiero salir de aquí, me agobia pensar que tendré que pasar el resto de mi vida entre estas cuatro paredes transparentes, viendo cómo todos los días pasan humanos, y nos molestan. "Mira, que lindo pececito, mamá, mira mira!!" No los soporto, quiero vivir en paz, compartir con mis amigos, pero así me es imposible.
Pero no todo es tan malo... están todos mis hermanos aquí conmigo, no debemos preocuparnos de la comida, y todo está muy bien cuidado. Extraño a mis padres, recuerdo que era muy pequeño, cuando vino una señora gorda, que tenía un animal colgando del cuello, y se los llevó... Pero según entiendo, es la ley de la vida, al menos para nosotros.
Ya les gustaría a ellos, que nosotros los encerrásemos en una jaula, y los vendiéramos. Necesito escapar, necesito conocer lo que mis abuelos dicen que es el paraíso. Pero no puedo, soy sólo yo, en contra del mundo. Desde este momento me he planteo, lo duro que es ser un pez. Pero no desistiré, la esperanza es lo último que se pierde.