A principios de los noventa, la palabra Turrican era sinónimo de mediocridad para los usuarios de Mega drive. Accolade, responsable de Turrican, y Universal soldier (Turrican 2 camuflado) no dio la talla, y nunca se acercó al nivel de las magníficas producciones de Amiga.

Pero la cosa cambió en 1993, cuando los genios de factor 5 (creadores de la saga) decidieron romper la rutina habitual, y programar una tercera parte en la consola de Sega, para luego portarla a Amiga (el célebre Turrican 3). Cuando el cartucho estaba al 100% de su desarrollo, saltó el problema: no había distribuidor. Finalmente, y tras casi medio año, Data east se encargó de ponerlo a la venta en Europa y Norteamérica.

Nos encontramos ante un Shooter plataformero, en el que, además de matar a todo lo que se nos ponga por delante, tendremos la oportunidad de explorar mundos relativamente grandes (no tan grandes como los de las dos primeras partes) para finalmente encontrarnos con el típico jefe de tamaño descomunal y aspecto bizarresco.
Los gráficos tienen un nivel altísimo. La paleta de la consola ha sido utilizada de forma magistral, y es, sin duda, el juego en el que mejor se explota. El aspecto logrado en los tres primeros niveles se podría calificar, sin lugar a dudas, como sobresaliente.

El espectáculo no termina ahí, ya que, al ir superando niveles, nos podremos encontrar multitud de detalles gráficos que, en ese momento, no eran muy propios de Mega drive. El scroll parallax de la tercera fase, el zoom de los bichejos que se acercan en el ascensor, o las pseudorotaciones de algunos enemigos, hacen que la excelente animación del protagonista pase a un segundo plano (quinto plano, concretamente).

Hay que recordar que fue un juego desarrollado a principios de 1993 (antes que Gunstar heroes) y que, a buen seguro, se habría convertido en un auténtico pelotazo si hubiese salido cuando realmente debió hacerlo. Realmente, si miramos atentamente los gráficos, y los comparamos con lo que había, podríamos estar hablando del, por ese entonces, mejor juego de la consola (desde un punto de visto técnico).

El sonido no se queda corto.
Por 1993, pocos pensaban que el denostado Yamaha pudiese sonar tan bien. Chris Huelsbeck era de esos pocos. El considerado mejor compositor de Europa, fue el autor de una de las bandas sonoras más espectaculares que se han oído en md. Remezcló viejos temas de los dos primeros capítulos, y fabricó melodías totalmente nuevas, consiguiendo crear una ambientación sublime, que encaja a la perfección con el desarrollo del juego. A destacar especialmente la música de una de las fases finales (la de los tintes alienescos) que a buen seguro os dejarán -literalmente- con la boca abierta.
Los fx están a un gran nivel, sin embargo, en ocasiones comprobaremos como, al disparar, pisamos ciertos samples musicales. Un pequeño error (realmente es una limitación del hardware) que no emborrona un trabajo sobresaliente.

La pregunta es: estamos ante otro Batman and Robin? Volveremos a machacar el pad contra el piso por la excesiva dificultad? La respuesta, por suerte, es NO.
En Mega turrican, para empezar, podremos elegir entre tres niveles de dificultad. Un nivel easy (en realidad, es una especie de modo entrenamiento) en el que nos podremos familiarizar con los controles. Si realmente queremos completar el juego, hay que hacerlo en normal o hard. Tendremos cuatro vidas, y una serie de continues limitados.
El control es sumamente suave y preciso, al cual hay que añadirle un manejo muy sencillo: hay un botón para saltar, otro para disparar, y otro para soltar nuestro super-gancho-retráctil, el cuál se hace necesario para llegar a ciertas plataformas. También podremos transformarnos en una especie de "pelotilla" y arrasar con todo lo que se ponga por delante. Por si no fuera suficiente, dispondremos de un ataque expansivo para cargarnos a todos los desgraciados bichejos que pululen por ahí.
Los primeros niveles son relativamente sencillos, pero, como pasa en todos los juegos de este tipo, la dificultad irá en aumento, por lo que tendremos que ir mirando bien donde pisamos, para no palmar vidas a cascoporro.
Infravalorado por muchos, estamos ante uno de los imprescindibles de la consola. El tremendo trabajo técnico, la ambientación, y la excelente jugabilidad, componen una pequeña maravilla de tan sólo ocho megas.

Recomendado hasta la extenuación.
9.2