Me he vuelto invisible. Una sombra entre las sombras. Un grito mudo, pegado a la pared, retumbando en un museo. Reflejo de la transparencia de mi absurda existencia. Me he vuelto muda, de cristal, inmóvil y sin rostro. El silencio del hielo sobre las profundidades del mar. Calles desiertas. Playas vacías. El viento.
Me he vuelto invisible: un fotograma velado por los rayos del sol. El olor a ozono tras un aguacero. El tiempo.
Invisible, erosionada por tormentas. Una estrella nublada. La voz de mis deseos. Antítesis de mí misma, me he vuelto transparente, como el agua.