<<Prólogo 2>> El Juicio del DruidaEpisodio 1: "La oferta"Para Valendir la noche había sido perfecta.
Por lo menos hasta antes del amanecer cuando Rose, su nueva e impaciente alumna, llamó a su puerta con una brutal... Firmeza, si es que se puede calificar así.
Rose apenas acababa de cumplir dieciocho ciclos y los gritos empleados para despertar a su maestro confirmaban claramente que la sutileza no era una de las cualidades que la edad la había hecho desarrollar. Pero cuando la ruidosa alumna observó a Valendir salir apresuradamente del cuarto en paños menores, su sonrisa, acompañada de un obsceno gesto hecho con la lengua, demostraron que la discreción tampoco formaba parte de las habilidades sociales de la pelirroja.
-Qué...-comenzó a hablar Rose sin apenas poder aguantar la risa
- ¿He interrumpido como te "hacías uno con la naturaleza", Maestro? ¿O Lilliandar y tú ya habíais terminado "el ritual"?Valendir la lanzó una mirada fulminante mientras buscaba a tientas los pantalones.
-Espero que sea importante Rose o te pasarás dos días recogiendo unos ingredientes especiales en una de las ciénagas de Blackmarsh.Ni siquiera la amenaza de esas olorosas jornadas podían borrar la sonrisa de la cara de su jovial alumna y Valendir cerró con frustración la puerta del dormitorio tras de sí para poder terminar de cambiarse.
Cuando miró su cama pudo comprobar lo que ya había intuido.
Que Lilliandar se había ido sin despedirse.
Aunque era típico que las Dryadas desaparecieran y aparecieran a voluntad sin guiarse por las mismas reglas de conducta que los humanos, Valendir estaba convencido que la inoportuna intrusión de su alumna había hecho que Lilliandar se marchara antes de tiempo.
Rose había aprendido con mucha más premura y diligencia cuáles eran las cosas que incomodaban a su maestro que las lecciones del código de los druidas que éste le trataba de enseñar. Esto era algo que preocupaba a Valendir y no pudo evitar reflexionar un momento sobre el comportamiento de la chica mientras terminaba de vestirse.
La disciplina no era precisamente algo a lo que la joven estuviera acostumbrada y seguramente fue algo que nunca necesitó en el pasado. Un pasado que permanecía oculto incluso para ella.
Hace dos años Rose había sido hallada por una partida de guardabosques que exploraba la región de Blackwood. Según el jefe de la expedición, la habían encontrado junto a un árbol cubierta y rodeada por raíces. Lo que más les sorprendió a todos ellos fue que a pesar de la gran cantidad de insectos que siempre poblaban los alrededores de Blackwood, ninguno se había acercado a aquella chica que parecía estar en un extraño estado de hibernación. Además, y para aumentar aún más su asombro, los exploradores encontaron enredados entre las raíces los restos sin vida de dos pequeñas ratas de agua, como si la naturaleza misma no quisiera que nada la perturbara y la hubiera protegido de un posible ataque de estos animales.
Es como si fuera parte del mismo bosque y éste la defendiera.- había contado un explorador a los druidas que acudieron a su llamada.-
La hubieramos confundido con una Spryygan de no ser por sus ropas.-había continuado diciendo-.
Los únicos lo suficientemente locos para hacer este tipo de cosas sois los druidas así que pensamos que era una de los vuestros.Si había algo con lo que Valendir estaba de acuerdo en esa historia era con la última frase de los exploradores. Los druidas estaban locos, y él más que ninguno por haber aceptado tener a Rose de alumna.
Un grito proveniente detrás de la puerta le confirmó este pensamiento.
-¡¡¡Maestro Valendir!!! ¿Has terminado de "gozar de la vida" o voy a tener que esperar mucho más?Ya daba igual si la noticia que traía Rose era importante, se iba a pasar dos semanas buscando setas apestosas en Blackmarsh.
Y con ese último y firme propósito Valendir salió de su dormitorio.
La reprimenda que recibió Rose quedó rápidamente diluida por la importancia del mensaje que traía la alumna.
Durante sus obligadas excursiones a Blackwood, la joven había contactado con las Dryadas de la Capilla Perdida y estas la habían conducido hasta su líder, la venerable Cyante.
Esto, para alguien completamente ajeno a los druidas y a su código, no supondría absolutamente nada pero, para Valendir, no significaba ni más ni menos que tendría que viajar a Blackwood para presentar sus respetos a Cyante, y además, aceptar cualquier misión que pudiera ocurrírsele a la Dryada.
-Y todo debido a que la atolondrada de mi alumna nunca me presta atención.- Se lamentó Valendir para sus adentros mientras decendía por la escala.
El druida siempre había obtenido la desidia como respuesta cuando trataba de explicarle a Rose, las profundas diferencias de comportamiento entre las Dryadas y los humanos y, cuando en más de una ocasión le había advertido que el mero contacto con ellas era interpretado como una oferta de ayuda, ella le había contestado con alguna ironía sobre su relación con Lilliaandar.
Al llegar a la base del árbol Valendir decidió hacer comprender a su alumna la seriedad de la situación.
-Rose, me has puesto en un compromiso importante.-Y yo me he puesto las botas perdidas de excrementos de troll por venir a tu sotáno de las maravillas-respondió Rose sin hacerle ningún caso-
En serio, Maestro, ¿no te has planteado limpiar aquí abajo? Todo está pegajoso y el olor podría competir con las ciénagas a las que tanto disfrutas enviándome...Pero el druida había dejado de escucharla.
Abrir una Puerta de Teletransporte requería concentración y no era compatible con el parloteo de la muchacha.
Cuando el azulado resplandor mágico iluminó el interior del árbol, Valendir volvió a escuchar la verborrea de su alumna que no había cesado en ningún momento:
-...Y además, ¿Por qué te pones así, Maestro? ¿No se supone que los druidas protegemos la Naturaleza y bla,bla bla? Pues ya está. Vamos allí, vemos que quiere la Suprema Señora Verde de la Todopoderosa Madre Tierra, lo resolvemos y de vuelta al árbol de olor a troll. Seguro que llegas justo a tiempo para la hora del retozón.-concluyó la joven con una descarada sonrisa.
Valendir se volvió hacia ella y la miró con una mezcla de paciencia infinita e ira contenida.
-Rose, si me hubieras atendido alguna vez en lugar de preocuparte de Lilliaandar y de mí, sabrías que cuando hablaste con Cyante te comprometiste a algo más que recoger setas o salvar a una cría de oso extraviada. Las exigencias de las misiones encomendadas por las Dryadas van parejas al nivel en su escala social.-explicó con sequedad Valendir
.-Además al haber acudido tú directamente a ella y no yo, estás obligada a acompañarme con todas sus consecuencias.Y lo que parecía imposible sucedió. La boca de Rose se había cerrado y en su cara se reflejaba una mirada de preocupación y sorpresa que Valendir nunca antes había visto en la joven pelirroja .
La chica comenzó a contestar apartando lentamente la vista de la bota.
- Estoooo... Me parece que he pisado más mierda de la que yo creía...
- Estooo... Sí.-contestó tajantemente Valendir.Y dicho esto, cruzaron ambos el portal para un instante después materializarse al otro extremo de Cyrodill.
FIN EPISODIO 1<<PrólogoCapítulo Siguiente>> Comienzo CapítuloEDITPD1: Bueno, esta es la primera parte de una historia de Valendir que he estado pensando. A ver si puedo colgar un trozo cada semana...Espero que os guste.PD2: De nada Fenixs. A mandar Saludos