Hacemos un pequeño parón en la cobertura del E3 para comentar lo que ha publicado hoy El Economista en su edición impresa: un
polémico artículo a doble página en el que revela un entramado de empresas creadas por la SGAE y controladas por algunos de sus directivos. Su estructura física es mínima, ya que comparten domicilio social y teléfonos, pero según el artículo se facturan unas a otras, acumulando pérdidas de las que finalmente debe hacerse cargo la SGAE.
Desde la sociedad
sin ánimo de lucro se presume siempre de que su gestión es auditada y controlada por el Minsiterio de Cultura, no estaría de más que también le echara un ojo el Ministerio de Economía y Hacienda.