En marzo de este mismo año, Jason West y Vince Zampella ("los ex ejecutivos") demandaron a Activision y esta respondió con una contra demanda. Ahora la distribuidora presidida por Bobby Kotick ha presentado una moción para modificar su contra demanda basada en nuevas evidencias. Según Activision, "Electronic Arts conspiró junto a West y Zampella para entorpecer la franquicia Call of Duty, perturbar al estudio de desarrollo e infligir grandes daños a la empresa".
Como resultado, ahora Electronic Arts aparece como demandada y piden $400 millones en concepto de "daños reales y punitivos que EA y sus dos ex ejecutivos provocaron a los beneficios de Activision". Se piden las costas de la reconstrucción del estudio afectado y una compensación por los retrasos e interrupciones. Activision entiende que si Electronic Arts no hubiera interferido, esto no hubiera sucedido. Además la compañía de Bobby Kotick pide a la corte recuperar una indemnización previamente concedida a los dos ex ejecutivos e impedir que Electronic Arts y los ex ejecutivos se beneficien de su conducta ilegal.
Según los 39 folios de la demanda, Jason West y Vince Zampella se reunieron en agosto de 2009 (cuando aún tenían 2 años de contrato con Activision) en casa de John Riccitiello, CEO de EA junto con Seamus Blackley, coordinador de la CAA (Creative Artists Agency) y pidieron consejo para evaluar sus contractos al abogado Harold Brown, antiguo miembro del consejo de Activision y ex asesor legal de la compañía.
Después de la reunión Activision alega que West y Zampella siguieron en contacto con Electronic Arts llegando mandar documentos, información confidencial e incluso se aprovecharon de la propiedad intelectual de Activision una vez despedidos. La demanda también alega que West y Zampella se negaron a cooperar con otros estudios llegando ha entorpecer su trabajo, como por ejemplo sacar un vídeo de Modern Warfare 2 el mismo día que se liberaba DLC para World at War con la intención de "aplastar y destruir" los esfuerzos en marketing de Treyarch.
Esta apelación para modificar la contra demanda original presenta un nuevo angulo en el procedimiento ante los supuestos intentos de Electronic Arts para dañar la marca Call of Duty, usurpar a los dos ejecutivos y aprovechar la información confidencial proporcionada por Jason West y Vince Zampella.