De forma más detallada, los datos del cuarto trimestre fiscal de Nvidia, que finalizó el 28 de enero, señalan que sus ingresos brutos crecieron un 265 % año a año y nada menos que un 22 % con respecto a los anteriores tres meses, generando una corriente de 22.103 millones de dólares con un margen bruto del 76 %. En total, una vez realizados los correspondientes descuentos (gastos, impuestos, etc.) los beneficios trimestrales fueron de 12.285 millones de dólares.
Las cifras anuales muestran unos ingresos de casi 61.000 millones de dólares y unos beneficios de cerca de 30.000 millones, que es un margen extraordinario, por no decir totalmente fuera de lo normal.
Estas cifras reflejan la total transformación de Nvidia como empresa, que ha pasado de dedicarse principalmente a la producción de tarjetas gráficas para ordenadores a proveer a la industria de capacidad de procesamiento para IA. La división Data Centerm de hecho, elevó sus ventas un 409 % con respecto a los resultados del mismo periodo hace un año, generando 18.400 millones de dólares durante el trimestre, mientras que Gaming supuso un total de 2.900 millones de dólares, con un alza interanual del 56 %. Professional Visualization y Automotive tuvieron unas ventas de 463 y 281 millones de dólares, respectivamente.
Tal vez lo más espectacular de este ejercicio es que Nvidia sigue viendo espacio para crecer. La demanda de hardware basado en la arquitectura Hopper sigue siendo tan elevada que le cuesta satisfacer la demanda, pero ya está trabajando en aumentar su capacidad de producción. Según Jensen Huang, CEO de Nvidia, "fundamentalmente las condiciones son excelentes para mantener un crecimiento continuado" en 2025 y más allá, reflejando que no contempla un escenario de fuga de clientes como el que desearía Intel.