Hola a quien lo lea.
Me ha parecido divertido crear a un neurótico-hipocondríaco, disfrutad de sus pensamientos.
[size=100][FONT=times new roman]No me gusta la primavera, casi no lo recordaba pero es de lo que uno se acuerda cuando ella llega de nuevo.
Los meses que dura la primavera procuro pasarlos en lugares cerrados, de casa al trabajo, del trabajo al coche y del coche a casa, supongo que cuando uno lee este tipo de afirmaciones se pregunta por el porqué de esa aversión estacional.
No es que yo sea alérgico y en esa época el cauce de mi nariz sea proporcional al deshielo primaveral sino porque fui a la escuela.
Si en mi infancia yo no hubiera ido a la escuela seguramente hoy sería mucho más feliz, no es que yo reivindique el analfabetismo sino que el estudio proporciona verdades y las verdades son malas y dañinas.
Como todo estudiante un día en la escuela conocí como se reproducen los seres vivos, comenzaron con las plantas y su polinización, siguieron con los mamíferos y su fecundación y al final como quien no quiere la cosa y sin profundizar demasiado explicaron como lo hacemos los humanos.
Como todo niño con un mínimo de dignidad me pareció que era algo terriblemente asqueroso.
Ahora como todo adulto con un mínimo hormonal me parece mucho más interesante.
La conclusión llegará pronto impaciente lector, no estoy divagando por las sinapsis neuronales sino que te estoy presentando las premisas de mi desenlace, el cual aquí va.
Si en primavera pasa lo que en la escuela me explicaron (y parece ser que sí) en los meses que dura la polinización nos pasamos el día a día conviviendo con una orgía arborícola, caminamos al lado de seres que están eyaculando continuamente cerca de nosotros.
Casi me parece escuchar sus gemidos, las ramas, las hojas, sus movimientos no son a causa del viento sino que son movimientos de placer, de éxtasis continuado durante días y días... Es repugnante.
El polen, el semen vegetal, se cuela en nuestras casas, trabajos, pulmones…la alergia que sufren muchas personas es la reacción natural de nuestro cuerpo a evitar ser fecundados por una planta, nuestro cuerpo se da cuenta de esa violación natural no como la mayoría de nosotros.
Yo no se tu querido lector pero yo seguiré un mes más encerrado en casa, no quiero ser fecundado. [/SIZE] [/FONT]
Un saludo.