- Ya no tengo corazón - decía Elena en un suspiro... Sus palabras se entrecortaban, se le escapaba la vida...
- Por qué; por qué vuelves a irte, ahora que te he encontrado... - Un ruego demasiado triste, para una voz de seis años.
- Está roto Ángel, me han roto el corazón en mil pedazos, y sin él, no podré caminar...-.
Miró tras sus ojos, y sólo vió soledad... Elena, había perdido su alma a los 2años, pero eso nadie lo supo, hasta hoy...
Octubre de 1970
Levaba ya 3 meses con ellos. Enrique (papa), Eva (mama), y el pequeño Alejandro (hemanito) de tan sólo un mes de edad. Era feliz con ellos, mucho. Por fin tenía una camita, un conejo de peluche y un beso al dormir, y ahora, un hermanito!. Si, "era" muy feliz, hasta aquella triste noche...
Elena ya se había puesto su pijama (de felpa abrigadito), y esperaba ansiosa la hora de meterse en la cama, mientras Eva, acunaba en sus brazos al pequeño Alejandro. De pronto, un silencio, y golpe y un grito; llantos... Elena corrió hacia ellos y vió al niño, en el suelo, con un brazo como no debía de estar, y a Eva, histérica, recogiéndolo del suelo sin saber qué hacer. Vino papá.
- ¿Qué ha pasado?- Preguntó asustado.
- La niña! - Gritó Eva - La niña ha tirado el bebé al suelo!-.
- De las pocas palabras que Elena pronunciaba, ninguna quiso salir, únicamente un triste y ahogado... NO.-
- Cómo has podido hacerlo, eres una desagradecida!.- Le gritó Enrique.
- Celos,- decía Eva - eso seguro que han sido Celos, maldita Celosa!-.
No podía entender lo que estaba pasando, ella no había hecho nada!. Celos?,que es eso?,yo soy feliz!...
Cuando volvieron del hospital, Enrique cogió a Elena y la llevó a una pequeña habitación, donde guardaban trastos. Cerró la puerta, se sacó el cinturón, y le sacudió hasta quedar exhausto...
Con elena medio inconsciente en un rincón, salió del cuarto, y cerró con llave tras de sí, dejándola a solas en la oscuridad...
Sin luz ya no pegaba, sin luz ya no le odiaba, sin luz... todo mejora... y allí quedó, acurrucada y abrazada a un su conejito de peluche, empapado de lágrimas...
1986
Ángel lo comprendió todo. Cuando algo es bello, es frágil, y si no se trata con cuidado, se acaba rompiendo. La belleza y fragilidad de su corazón, le condenaron a un prematuro fin.
- Qué te han hecho Elena?, dímelo por favor!. Quién ha roto tu alma perdida?.-
Sin contestación, sin ni siquiera un último aliento, murió, con su mano inerte aferrada por los pequeños dedos...
Ángel sufrió como nunca nadie lo hizo en la tierra, pero no pudo derramar una sola lágrima, porque los ángeles, no pueden llorar...