El Guardián del Destino LI: Sueños con ella

Bolgar se ha reencontrado con su antigua nana, Berta y descansa en Musso antes de continuar su viaje en busca de Karib
-----------------------------------------------------------------------------------------

La bañera estaba preparada para él. A la temperatura exacta. Ni un grado más y ni uno menos. Un desnudo Bolgar se introdujo poco a poco en la bañera llena de la espuma provocada por el jabón vertido cuidadosamente sobre la superficie del agua. En eso, su tía era una experta. Conforme se iba introduciendo en el agua tibia, Bolgar cerraba los ojos y se sumía en sus pensamientos. Primero, en sus recuerdos, y luego, en lo que le había llevado verdaderamente a pasar por Musso.
Poco a poco, se fue sumiendo en un profundo sueño y comenzó a soñar con Karib, Dinas, y Obitah. Con Galdian, Ion y la extraña persona que acompañaba a su enemigo en el carruaje. Pero en quien más soñó fue en una muchacha de pelo dorado como los rayos del sol. En una joven de labios rojos cual carmín. En una diosa de ojos verdes como el mar. En su amada. Fue entonces cuando su corazón volvió a dolerle. Todavía estaba abierta la herida que le causó hacía ya años, pero que no había podido superar. Aún dormido, una lágrima surcó la piel áspera por la barba y los viajes de su cara hasta llegar a la barbilla. Allí se detuvo un momento, como intentando evitar el separarse de su hogar, de Bolgar, pero al final cayó y se mezcló con el agua enfriada del baño. Un pedazo más del corazón de Bolgar se había hecho añicos. Una vez más. Otra vez más.
Entonces alguien tomó su mano, y Bolgar despertó. El baño estaba lleno de vapor producido por el agua caliente y no podía ver quién estaba junto a él. Por el tacto pudo deducir que era una mujer. ¿Tía Berna? -Pensó. Pero no podía ser ella. Aquellas manos eran mucho más delgadas que las de su protectora. Por algún motivo que desconocía, se negaba a separarse de aquel contacto suave y cálido. Se sentía seguro con él. Pronto pudo ver algo más de su acompañante. En efecto era una mujer. Y una mujer hermosa.
Pero aquello no podía ser. Ella estaba.... lejos, muy lejos de allí. Cómo era posible aquello. Cuando Bolgar lo descubrió, aferró la mano de la mujer con sus dos brazos para evitar que se fuese y volvió a ponerse de pie, frente a frente.
La muchacha era realmente hermosa. Su pelo, ondulado, caía libremente hasta la cintura. En él, tan sólo llevaba una cinta blanca, como el vestido que llevaba puesto. Un cinturón dorado le realzaba su figura femenina, ya de por sí casi perfecta.
Entonces, cuando menos se lo esperaba, la mujer se acercó a Bolgar y le abrazó. Éste se quedó atónito y con la mirada perdida en el horizonte, mas lágrimas de dolor caían por sus mejillas, incontrolables. Bolgar cerró los ojos lentamente y abrazó a la mujer con tanta fuerza que temió hacerle daño, pero ella no se quejó para nada. La escena quedó congelada durante unos minutos y después, ambos cuerpos, como si estuviesen fundidos en uno, fueron acercándose al suelo hasta quedar sentados sobre él, el uno al lado del otro, sin pronunciar ninguna palabra. Sin emitir un solo sonido. Sin dirigirse una sola mirada.

Cuando tía Berta llegó a buscar a Bolgar, lo encontró tirado en el suelo fuera de la bañera. Otra vez. Una vez más.

---------------------------------------------------------------------------------------------

cawento cawento cawento
snifi
Juas!, ha salido el lado poeta de Karibdys. [oki]

Me ha gustado, sobre todo es "una vez más, otra vez más".

Cuando hay relaciones de por medio (dentro de una monotonia necesario) un relato se lee mejor y con más ganas.

Quién será esa preciosa chica?, (revívela y que aparezca!).cawento
1 respuesta