Un virus... dos Formateos.... tres dias sin poder postear pero aqui estoy... he vuelto.....
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Bueno, la decisión ya estaba tomada. En una semana me iría a
vivir con Carmen. Sentado en que por poco tiempo seria mi cuarto, pensaba en todo lo que habia sucedido, amaba a Carmen, pero todo había ocurrido tan deprisa… ella tenia tanta experiencia y yo tan poca… El móvil bailo entre mis manos. Era Maria, sin pensármelo dos veces le propuse ir a pasear al parque, ella acepto creo yo un poco excitada.
Nos encontramos a la entrada del parque. Ella vestía una falda corta y una camisa de cuadros, pero fue su mirada lo que me impresiono, era un milagro alegre, sin preocupaciones. En ella podia ver la inocencia perdida.
Caminos por el parque, lleno de árboles cargados de historias y de corazones tallados, testigos mudos de amores de antaño.
-Así que te vas a vivir con Carmen –comento Maria tras explicárselo- debes estar muy feliz, aun mas si tu madre te deja tan fácil.
-Si, pero… -las palabras se negaban a salir- quizás esto va demasiado deprisa, solo tengo 18 años…
-Pero amas a Carmen –comento ella mientras se sentaba en un banco de piedra a la sombra de una árbol.
-Si, la amo con todo mi corazón –dije con vos firme mientras me sentaba a su lado- haría lo que fuese por que ella fuese feliz…
-¿Pero no te gusta la idea de ir a vivir con ella? –Pregunto Maria-
-Claro, pero me estremezco al pensar que no puedo estar a la altura –Admití en un susurro-
-Juan tienes miedo a un cambio tan drástico –me dijo Maria mientras me acariciaba el cabello- pero si amas a Carmen, si la amas de verdad no hay problema que no podáis vencer.
Me quede unos minutos pensando en sus palabras, palpando en mi corazón los sentimientos que afloraban. Me di cuenta de que Maria tenía razón. Gire la cabeza para agradecérselo y vi su semblante marcado por unas lagrimas.
-¿Maria estas bien? –Pregunte preocupado- ¿pasa algo?
-No Juan… no pasa nada –comento mientras se limpiaba las lagrimas- Espero que tu y Carmen seáis muy felices
Maria se levantó y se perdió en la espesura del parque. ¿Qué debía de pensar?. Con determinación me levante y corrí tras ella. Tras unos segundos la alcance en un pequeño claro, en mi intento por detenerla caimos los dos rodando por el césped.
-¿Maria que pasa? –casi le grite mientras me levantaba apara ayudarla-
-Juan.. Juan… eres tonto –dijo Maria mientras las lagrimas volvian a correr por sus mejillas.
-Pero, dime Maria que ¡he hecho! –Conteste mientras me arodillaba a su lado- Cuentame que te pasa... por favor…
-Juan, yo…. ¡¡Yo te amo!! – me grito a la cara con las mejillas encendidas y la falda manchada del césped.
Maria salio volvio a salir corriendo, pero esta ves deje que se fuese. Me quede alli clavado, pensando en sus ultimas palabras…