Es el año 2101, acabamos de pasar otro siglo y las cosas son muy distintas a como las vivía mi abuelo en el 2010. Todo está basado en la informática; las relaciones interpersonales no van más allá de la máquina, de pedirle al vecino si te puede prestar un ratón óptico que el tuyo está roto o con el repartidor que te trae los pedidos de la tienda informática que acabas de hacer por internet. Las clases de la Universidad se dan por internet, cada uno a su ritmo y con profesores particulares que desde sus casas te pueden explicar las cosas tranquilamente y con multitud de imágenes. Ahora ya casi no se sale a tomar una cerveza, con suerte, los que conocen a alguien de carne y hueso y se ven más allá de la pantalla, quedan en casa de alguien ap`ra volverse a conectar.
Por desgracia, sigue habiendo delitos, ataques a sucursales bancarias en el ciberespacio, pornografía infantil y tráfico de drogas. Si, tráfico de drogas por la red. Ahora, las drogas son archivos informáticos que estimulan las retinas para producir el mismo efecto que hace 100 años provocaba la heroina, la cocaina, el éxtasis o la marihuana.
Kelly era un chico europeo, de la capital europés concretamente, París. Y era repartidor. Esta vez tenía que recoger el pedido en una sucursal del Banco Nacional Europeo y llevarlo a casa de un particular, cuyo nombre le sonaba bastante, quizá de que otra vez le hubiese llevado algo. Cuando llegó a casa de esta persona, le abrió la puerta una señora (que debía ser la criada) que le dijo que no estaba disponible, pero que ella recogería todo el pedido. Kelly le dió la caja y ella firmó un recibí.
Kelly llegó a su casa después de su jornada laboiral de 5 horas. Y entro de su carpeta de paquetes encontró un pequeño envoltorio, cuando fué a tirarlo se dió cuenta que aquello llevaba algo dentro, y que se debía haber caido de un pquete mal envuelto. Lo sacó rápidamente, y vió que era un CD.
Insertó aquel CD en su PC y pudo comprobar de inmediato que se tenía que tratar de algún tipo de droga. Kelly llevaba enganchado 10 años (desde los 12) a una droga virtual, las de extensión .pitt, similar a un narcótico del siglo XX. Pero esta era distinta, y no quiso abrirla por si estaba adulterada. Pero, cuando le dió a expulsar CD, este no salió, si no que de la máquina, de la ranura del lector, empezó a salir un líquido grisáceo que cuando calló por completo en la mesa, se recompuso formando otra vez lo que antes era el CD. Soprendido ante tal acontecimiento, no pudo mover un sólo músculo. Mientras, el CD volvió a convertirse en líquido y llegó a la palma de la mano de Kelly, que intentó desprenderse de esa materia agitando la mano. Notó un pìnchanzo, producido por esa misma materia liquída, que poco a poco, fue introduciénose en su cuerpo, en la vena.
Aquella droga no era virtual, si no material, pero estaba en una sustancia muy rara, algo que nunca había visto; hasta que aquello le empezó a hacer efecto, estuvo pensando en qué le iba a pasar. Una vez empezó a notar mareo, el líquido grisáceo salió por el mismo luagr por el que había entrado, solidificándose mientras Kelly caía al suelo en medio de ligeras convulsiones.
Cuando despertó, estaba aturdido por completo, buscó el CD en la mesa, en el suelo... pero no había rastro de él.
Por un extraño motivo, quiso mirar en el lector de CDs y... ¡BINGO!, allí estaba. ¿Se había metido solo?, ¿Había sido la droga que, actuando desde el PC le había hecho creer que el CD se convertía en líquido y entraba por su piel?. No lo sabía, ni lo sabría nunca.
Nada más pasarse la resaca, cogió el CD con unas pinzas, lo metió en una caja y se fué a la camisaría más cercana, para dejarlo justo en la puerta con una nota que decía:
Importante droga virtual, mucho cuidado al manipularla. Mantenerse a distancia.
Poco tiempo después, Kelly moriría con un disparo en la cabeza; seguramente por ajustes de cuentas del dueño del CD.