Manuel nunca había sido un muchacho muy sociable. Su timidez y sus prejuicios le habían traicionado toda su vida dejándolo alejado de un mundo que no quería perderse. Pero por fin, aquel año algo había pasado. Algo había cambiado. En su vida había vuelto a entrar un antiguo conocido que pronto se convirtió en su mejor amigo, y con él pronto llegaron otros con los que pudo formar una pequeña pandilla. Todo iba muy bien para Manuel. Tan bien que no podía durar. El destino le tenía reservada una nueva jugarreta de la que no saldría en mucho tiempo.
Hacía dos días que Manuel había notado un cambio radical en su mejor amigo, Jose. Ya no le hablaba, e incluso, las pocas palabras que le dirigía eran casi insultantes. ¿A qué venía aquello? El resto de la pandilla también se extrañaba con el comportamiento del muchacho y no se podían explicar el porqué. Sin embargo lo tomaron como un enfado pasajero por algo que habrían hecho. Pero no fue así.Y poco a poco se alejó más y más del grupo hasta que los demás decidieron hablar con él. Fue entonces cuando Jose dejó mostrar todo su enfado que iba dirigido a Manuel. Éste no salía de su asombro cuando Jose le dijo que no volvería a hablarle nunca más, pero suspiró pensando que podía contar con los demás.
Al día siguiente Manu fue al lugar donde quedaba para ir a clase con Jose y Leo ( otro de los amigos ), pero ninguno de los dos apareció. Suponiendo que se habrían qedado dormidos fue a clase y cuál fue su sorpresa al encontrarse con ambos sentados en sus pupitres junto a los dos amigos más de la pandilla. "Habré llegado tarde", pensó " y por eso se han ido". Así que se dirigió a los 4 para saludarles, mas ninguno se lo devolvió. Incluso pudo percibir que le dieron la espalda y le cerraron el círculo donde hablaban. Intentó preguntarles qué les pasaba cuando entró el profesor, así que tuvo que esperar hasta el recreo para poder hacerlo.
Pasaron los minutos y estaba más impaciente por saber qué ocurría con todo aquella paranoia. Tan absorto estaba en sus pensamientos que no percibió las miradas, entre odio y burla, del resto de la clase, incluidos sus supuestos amigos. Y cuando por fin llegó el recreo lo descubrió todo. Uno de sus amigos se acercó a él antes de salir de la clase para ir al patio, y con una increible frialdad le dijo:
- Manu, el problema no eres tú.
- ¿Entonces?
- Verás, se ha... extendido un pequeño bulo sobre ti por todo el colegio.
- ¿Un bulo?¿ Qué clase de bulO?
- Que eres gay. Y que quien va contigo también lo es. Así que te pido que no vengas más con nosotros, pos el bien de todos. Tú a lo tuyo y nosotros a lo nuestro y....
Ya no pudo seguir escuchando lo que le decía. Un rápido vistazo le sirvió para certificar lo que le estaban diciendo. Gestos obscenos, y algunos amenazadores, caras de burla o de asco... Por su cabeza pasaron todo tipo de preguntas, como "¿por qué yo?" o "¿qué cosa tan terrible he hecho para que me hagan esto?".
Cuando volvió a centrarse en la realidad vio que su "amigo" había vuelto con los demás como si no hubiese pasado nada. Pero sí había ocurrido.
Con lágrimas en los ojos y sin comprender qué estaba pasando exactamente, Manuel volvió a clase, pero a su paso recibió todo tipo de comentarios, burlas e incluso le escupieron a la cara. Miró hacia Jose y los demás que estaban contemplando la escena sin hacer nada. Y así continuaron aún cuando Manuel les pidió ayuda. Aquello resultó demasiado para el muchacho. Nunca se había sentido tan utilizado. El no era una mala persona, nunca le había hecho nada a nadie y no era capaz de entender porqué ahora le hacían esto. Una última mirada que gritaba ayuda hacia Jose le hizo ver que fue él el que había hecho todo. Una sonrisa llena de malicia y un movimiento de asentimiento con la cabeza se lo confirmaron.
Sin poder ocultar sus lágrimas, Manuel corrió cuanto pudo y sin ninguna dirección en concreto. Salió del colegio y se alejó allí todo lo que pudo y cuando se dio cuenta se encontraba en un pequeño parque en el centro de la ciudad, pero que a aquellas horas apenas estaba transitado, así que allí se sentó, en el cesped, intentando tranquilizarse. Pero no lo consiguió.
Entonces escuchó una voz proveniente de un edificio pidiendo ayuda. Tan rápido como pudo, Manuel se dirigió hacia allí y se encontró a un muchacho asomado a una ventana mirando hacia el suelo.
- Ten cuidado, no la pises - gritó.
- ¿Que no pise el qué?
- La mariposa - Manuel miró hacia el suelo y vio una enorme y preciosa mariposa de colores intensos azules y manchas verdosas.
- ¿Es tuya?
- Sí. He intentado hacerla volar, pero no ha podido, tiene un ala rota. Y yo no puedo bajar.
- ¿por qué?
- Soy... paralítico, estoy en una silla de ruedas... y no hay ascensor. ¿Puedes subirla aquí? ¿Por favor?
Manuel se lo pensó un poco y al final decidió ayudar a aquel joven. Desde entonces, Manuel le visita todos los días después de clase, una clase nueva, donde sus compañeros no se burlan de él por una mentira. Gracias a un joven, su mejor amigo, y una mariposa, su mejor amiga.
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real como la vida misma, no es una broma, es parte de mi historia, triste, sí, pero weno( menos la parte final ). Ahora comprenderéis alguna de las cosas que escribo
no tiene amigos, pq hasta q conoció al chaval de la silla de ruedas, nunca había tenido a nadie en quien confiar. ( experiencia propia )
y una mariposa. Iba a poner que una mariposa revoloteando le conducía a algún sitio, pero crei q era demasiado típico. Por lo menos es original, no??
xD
weno, señores del jurado: Ahí tenéis. Leed y juzgad. Yo me vengaré de noah en la "vuelta" xD
![[uzi]](/images/smilies/nuevos2/uzi.gif "uzi")
Nos e ves
![[enfa]](/images/smilies/nuevos2/cabreo.gif "enfadado")
![[oki]](/images/smilies/net_thumbsup.gif "Ok!")
