A la mañana siguiente, en la cocina, entra Marisa por la puerta que da al salón. Su padre, Ramón, está en la mesa desayunando y su madre ha dejado algo en el fogón, pero en estos momentos no está en la cocina (algo extremadamente raro).
Ramón- Buenos días hija.
Marisa- Buenos días papá.
Ramón- ¿Y Pedro?
Marisa- Se fue pronto a entrenar.
Ramón- Para lo que le sirve... Bueno, espero que no mejore mucho, que con lo de ayer me hizo ganar un buen pellizco.
Marisa- Papá... no seas malo.
Ramón- No hija... el malo es él.
(Silencio mientras Ramón engulle una tostada, y Marisa da vueltas por la cocina sin saber qué hacer)
Ramón- Hija mía -
(atragantándose por hablar con la boca llena) - Te noto algo rara, ¿qué te pasa?
Marisa- Nada... que estoy embarazada.
Ramón- ¡Vaya que bien! Pensé que te estabas poniendo como tu madre.
(Momento en el cual entra la mencionada por la puerta de la cocina que da al salón)
Cármen- ¿Emabrazo?, pues hija mía, tienes que comer, que ahora has de hacerlo por dos.
Ramón- Pero Cármen, si antes comía por cinco... en esta casa no se para de comer.
Cármen- Pues ahora menos, que el niño cuanto más gordo nazca, mejor para él.
Ramón-
(murmurando) Y peor para tu hija.... que eso debe doler un huevo.
(Manotazo de Marisa en la espalda del padre para que no diga ordinarieces... Ramón se vuelve a atragantar con la tostada por culpa del golpe)(Entra Pedro por la puerta de la cocina que da al patio exterior)
Ramón- ¿Tú no estabas entrenando?
Pedro- Sí, pero omo el campo pilla aquí cerca, me he escapado para venir a desayunar, que esta mñaana con las prisas y el sueño se me ha olvidado.
Ramón- Así me gusta yerno, si es por desayunar sáltate los entrenamientos que hagan falta. -
(vuelve la cabeza hacia Cámen que remueve lo que hay en el fogón y le habla) - Cármen, ponle algo de desayunar al chaval, que debe venir agotado y ahora que va a ser padre lo necesita más que nunca.
(Cármen y Marisa van a hacer el desayuno de Pedro)
Ramón-
(Se vuelve a dirigir a Pedro con tono jocoso) Pedro, hijo, ¿otra vez lñas botas grandes?, lo digo por el penalty de ayer.
Pedro- Pues sí, no sé que le pasa al utillero, pero nunca me da las botas de mi número.
(Le ponen las tostadas y el café a Pedro)
Ramón-
(con una sonrisa de oreja a oreja) Será desgraciado el utillero.
Cármen- Pedrito, hijo, ¿quieres que te prepare algo en un tuperbare
(pronunciación libre de tupper-ware que hace Cármen) y te llevas algo para después de correr?
Pedro- Gracias Cármen, pero no creo que sea bueno.
Cármen- Bueno...
(girándose hacia SUS fogones) Ains... esta gente de hoy en día no sabe lo que es bueno y lo que no lo es.
Ramón- Bueno Pedro, y el partido de Copa de mañana... ¿cómo lo lleváis?
Pedro- Bien... estamos en ello.
(Pedro termina de comer las tostadas y se va a entrenar dando un beso a Marisa) FIN DE LA 2ª ESCENA