Inhalando flores de azahar
te encontré,
columpiándote entre pétalos,
dibujando en el sol
una sonrisa.
Estornudando entre polen
te veía más bella,
con el olfato colorado
por la inocencia.
Encandilado por tus besos
una sola sonrisa
colmaba mi vaso de gloria.
Cerraste la caja
de mis sentimientos
llevándote la llave
atada al cuello
y dándole al tiempo
la única copia.
Maldito trotamundos,
nos envejeces
con tu mera presencia...
Muérete ya,
y dame la llave
que me has de dar...
Mientras tanto,
me alojo en el recuerdo,
un hostal gratuito
sólo para nostálgicos,
añorando campos
de flores de azahar.