Corrupción y mentiras
Un día más el canto de los pajarillos matutinos sonaba extrañamente chirriante. No era mi día despues de la semana que había pasado, me encontraba raro y como siempre enojado. Quizás porque en mi interior el odio no me dejaba ni respirar. Odiaba especialmente al vecino elegantemente trajeado hasta la médula y dueño y señor del monólogo adornado. Sí, cuando hablas mucho, bien, con las palabras calculadas; y no dices nada. En realidad podrías repetir la misma frase hasta que ella misma se llevara la contraria. Todo es cuestión de practicar.
Odio el verano, la primavera, el otoño y el invierno, odio el año, el día y los atardeceres caucasianos desde la misma ventana. Lo odio todo. Me odio. Odio mi cara, mi forma de ser, mis acciones, mi maldad, el papel que me tocó en esta triste película. Además... ¿a quién coño se le ocurrió la idea de la guadaña? Semejante armatoste a cuesta a todos lados... ¿Y ésta sábana que llevo puesta? ¿Por qué narices es negra? ¿Alguien ha visto alguna vez una sábana negra? Anda que... que poco glamour... Encima esta capucha que no tiene ni cordones para apretar... no puedo ni mirar hacia los lados... siempre hacia delante, como los borregos, así que muchas veces me equivoco y claro entre la longitud de la guadaña y la puta capucha me llevo a más de uno. Pero no es culpa mía. Es culpa del modisto. Nos ha jodido. Faltaría más. ¿O era modista?. Es igual. Qué mas da.
Mi trabajo es triste, muy triste, pero yo que soy el odio personificado no siento nada. Debo cumplir mi trabajo. Además ejerzo órdenes, que sino no llego a fin de mes... Además, este mes, con tanta hora extra, joder me voy a forrar. Ayer noche mismo me llamaron al busca despues de la jornada. Yo que ya estaba acurrucado en mi sofá chateando vía güija con mis colegas del más allá, y nada que siempre te joden los mejores momentos. Una prostituta había sido asesinada en los barrios bajos. Me pasé por allí, recogí su alma y le hize un examen para ver el destino que merecía. Le mandé al sexto cielo. Qué contenta se puso...
En fin, que estoy harto. O harta, no sé. Soy una cosa harta. Un día de estos voy a hacer huelga. Clamaré a favor de la justicia y lo incorrupto y sólo me llevaré a aquellos que realmente lo merezcan. Sí, esa pandilla de elegantemente trajeados que tienen la boca comunicada con el culo. Los activistas del monólogo adornado.Y es que no hablan más que mierda. Al fin y al cabo, soy una buena persona.