- Alto, alto, ¿Quién sería capaz de hacer algo así?
- Tú lo sabes bien Frank, vosotros mismos, los humanos y vuestro odio irracional hacia lo que os es ajeno, lo que no conocéis, lo temés, es tipico de vuestra naturaleza.
- ¿Y qué ganaban con eso?
- Silencio. No querían que el hecho de que un humano y un clon fueran capaces de coexistir juntos y felices pudiera extenderse por ahí, no interesaba que los clones empezaran a creerse con derechos, al fin y al cabo, sólo nos trataban como "tiritas" para sus heridas.
Sólo una persona amargada podría ser capaz de hablar tan fríamente de este tema, a mí se me estaban revolviendo las tripas.... en que nos hemos convertido los humanos, somos como depredadores que no aceptan nadie con quien compartir la presa, en este caso, no aceptábamos que los clones nos quitaran nuestro sitio en la Tierra.
- ¿Que pasó despues Melanie? - preguntó Kurt, muy interesado en la historia.
- Pues que a duras penas llegué a las ruínas, era una formación de metal hecha añicos, pero que todavía mantenía en pie algunas de las partes, parecía.... de reciente destrucción, hacía poco que se la habían cargado... o eso interesaba que pareciera, porque de pronto sentí una mano en mi boca y un brazo rodeando mi cintura
- ¡Shh pequeña! No grites, que voy a ayudarte
Era un hombre alto, de constitución fuerte y con barba, me llevó a un subterráneo justo debajo de las ruinas, donde había muchas personas (eran clones, pero mis padres no me habían educado para distinguir unos de otros), muchas con harapos como ropas, pero todas se interesaron por mi estado.
Con el paso del tiempo, fui creciendo y fueron como mi verdadera familia, recuerdo que la gente solía decir que yo era como un milagro enviado, que tenía un ardor en los ojos, y los oráculos predijeron que iba a ser el lider de la revuelta.... y aquí estoy.
- Toda una historia, si señor - repuso Kurt
- Pero todavía no ha terminado, así que vamos, tengo que poneros al día.
Una mañana cualquiera: Recopilatorio