Evolución durante los años 1996/97
de las causas por torturas
contra agentes de la Guardia Civil
GC-A7 Tras la reapertura, por el Juzgado de Instrucción nº 1 de
San Sebastián, de la causa seguida por la muerte de MIKEL ZABALZA en
noviembre de 1985, y tras su paso por el cuartel de la Guardia Civil de
Intxaurrondo, continúa la investigación de las circunstancias en que se produjo
ésta y de las personas que participaron en la misma. Un reciente informe del
Instituto Nacional de Toxicología ha negado que hubiera muerto ahogado en
las aguas del río Bidasoa según pretendía la versión oficial.
Investigaciones periodísticas, que están siendo ratificadas por la
investigación judicial, han aportado pruebas de que Zabalza murió en el Cuartel
de Intxaurrondo (San Sebastián) mientras varios guardias civiles, entre los que
se encontraban ENRIQUE DORADO VILLALOBOS, que fue quien sumergía la
cabeza del detenido en el agua; FELIPE BAYO LEAL, LUIS SANDOVAL
CAMPOS y FRANCISCO JAVIER MILLÁN PÉREZ, le torturaban por el
método conocido como "la bañera" . Tras la muerte de Zabalza, con el
consentimiento del entonces máximo responsable del Cuartel, ENRIQUE
RODRÍGUEZ GALINDO y de miembros de la cúpula del Ministerio del Interior,
se prepararon y falsificaron pruebas para evitar la actuación de los tribunales.
Mikel Zabalza era conductor de autobuses urbanos de San Sebastián y fue detenido
por agentes de la Guardia Civil por presunta colaboración con ETA. Junto a él fueron detenidas
varias personas, entre ellas su novia IDOIA AJERDI, MANUEL VIZCAY y JON ARRETXE,
todos ellos denunciaron haber sido torturados en el cuartel de Intxaurrondo, pero sus
denuncias no prosperaron.
Tras la muerte de Zabalza se prepararon y falsificaron pruebas, en una reunión
efectuada en el mismo cuartel y en la que participaron, además de los ya citados y entre otros,
los siguientes miembros de la Guardia Civil: FRANCISCO HERMIDA BOUZA, FABIÁN
DORADO VILLALOBOS, FRANCISCO JAVIER OLIVAR, JOSÉ RANCAÑO FERNÁNDEZ,
GONZALO PÉREZ GARCÍA, ARTURO ESPEJO VALERO, FERNANDO CASTAÑEDA VALS,
ANÍBAL RODRÍGUEZ CHINEA, ALFONSO VICARÍA HEVIA, ALEJANDRO IGLESIAS
BLANCO, FIDEL DEL HOYO CEPEDA, un cabo apellidado BALBAS y el abogado del
ministerio del Interior JORGE ARGOTE. En esta reunión se acordó la versión oficial, según la
cual, Mikel Zabalza fue trasladado por los tenientes de la Guardia Civil Arturo Espejo,
Gonzalo Pérez y por el guardia Fernando Castañeda a las cercanías del río Bidasoa para
localizar un "zulo" donde habría armas pertenecientes a ETA. En un momento dado, Mikel
Zabalza,
que llevaba las manos esposadas a la espalda y que no sabía nadar, agredió a los
agentes y se arrojó al río Bidasoa, ahogándose en su intento de huir de los guardias civiles.
Para hacer creíble esta versión, un guardia civil, que era ATS, EDUARDO GÓMEZ
PASTRANA inyectó con una jeringuilla agua procedente del río Bidasoa en el pulmón de
Zabalza. El cadáver de este permaneció varios días, y custodiado por agentes de la
Benemérita, en una bañera del cuartel llena con agua del Bidasoa. veinte días después su
cadáver fue arrojado al río donde fue "localizado" por miembros de la guardia Civil, en un lugar
que había sido rastreado reiteradamente con anterioridad por miembros de la Cruz Roja.
Actualmente sólo se encuentran inculpados los tres agentes que, según la versión oficial,
acompañaron a Zabalza al río Bidasoa.
Un informe del CESID, elaborado por el sargento de la Guardia Civil PEDRO GÓMEZ
NIETO y dirigido al entonces Jefe de Operaciones Especiales, coronel JUAN ALBERTO
PEROTE, afirmaba que Zabalza murió mientras le hacían la bañera en las dependencias del
Servicio de Información de la Guardia Civil de Intxaurrondo. Tras la muerte de Zabala, Enrique
Rodríguez Galindo se puso en comunicación con el general CASINELLO, para darle cuenta de
lo ocurrido.
La Asociación Contra la Tortura está personada en la causa abierta como acusación
popular.
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