Desesperación es lo que se siente cuando tu compañero pesado de clase te está comiendo la oreja con lo lista y guapa que es su novia, con que le dés ideas para escribirla un poema (como si no tuviera otra cosa que hacer!) mientras ves cómo la pizarra se llena de ecuaciones y no consigues entender ni una palabra del profesor, debido al tono de voz del ya mencionado pesado... Así que para evadirme un rato, decidí ignorar profundamente todo lo que me rodeaba para escribir la siguiente chorrada:
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Arrinconado en el radiador, solo, suspirando, por una vida mejor, escribiendo, haciendo bocetos. Así pasas la rutina, sin interés alguno por la tiza deslizante ni los versos de Quevedo. Así, yo te admiro, como ausente, cuando callas en el sueño estridente del vacío de estas paredes, cuando miras tontamente cómo se funden las líneas de tu soledad bajo el manto de tu muerte. Conocerte, sería sueño para mí; descrubrir, qué se oculta tras de tí, misteriosa sombra delirante.
Pulcramente limpias los bordes del papel, con tinta de sangre, con tinta desesperada. Y así, veo cómo te pierdes en las páginas de la nada, en el eco del timbre, en los pasillos, en los pasos de mi mente. Allí me encontraste maniatada, sin saber cómo decirte que te amaba, misterioso compañero de mañana.
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Pufff!! Entended la situación; no sabía ni qué hacer, así que decidí escribir lo primero que se viniera a la mente. Siento las rimas, pero como el principio me salió con rima y todo, decidí continuarlo igual...
Cualquier cosa es mejor que soportar mates