Vaya, ha reaparecido uno de esos hilos que de vez en cuando se vuelven a inchar y llegan hasta la primera página. Y justo ahora que estoy un poco sensiblero, vaya por Dios hombre
Bueno, pues voy a escribir acerca de la típica chica que marca tu vida de una manera u otra, ya sea para bien o para mal. Hace muuucho tiempo, en una galax.. bueno
hace 3 años casi que no la veo de manera continuada, desde que terminamos selectividad. A veces pienso en la diferencia de madurez que nos separaba y miedo me da el pensar que intentara salir con ella.
Un gilipollas es que lo fuí, intentando salir con una persona que me daba miles de vueltas en todo lo imaginable. Ahora todo hubiera podido ser diferente -lo típico- pero maldita sea... ¿por qué la vida te planta una oportunidad de la rehostia ante tus narices, justo cuando no la aprovecharás? Bajar casi todos los días al colegio con ella, con la que era a buen seguro, globalmente, la mejor de todo el curso, y eso lo digo ahora desde un punto de vista mucho más frío -casi helado- que antes, era un privilegio, es como pasearte con el paraíso a tu lado, pero siempre con la puerta cerrada. Siempre hay alguien, siempre... otro más espavilado que tú que se deja de gilipolleces y actúa. Justo lo que ella quería.
Como con el café, siempre queda un poso, todavía hoy, cuando agarro la pésima línea 4 para ir a la universidad, a veces me pregunto dónde se habrá metido, si estará esperando en el andén... joder vive a 5 minutos de mi casa, y antes la veía cada cierto tiempo pero ahora hará más de un año que no coincidimos. Me dijeron hace tiempo que había pillado una enfermedad mental de algún tipo, pero que no sabían si era esquizofrenia o algo peor, neurodegenerativo... no es sólo por ser optimista, pero quizá fuese la esquizofrenia lo más lógico.
Ella tenía un carácter casi demasiado fuerte. La admiraba también por eso, comparada con un flojeras como yo, ella era como de metal, siempre al grano y con decisión. Jeje, a ella le sobraba lo que a mi me faltaba. Puede que por alguna razón acabara teniendo una crisis, o vete a saber. Así pues, no se dónde está. Probablemente tardaré mucho en saber algo de ella, y mi escaso valor me impide presentarme en su casa o llamar. Es simple miedo a la verdad, a saber realmente que la cosa estará muy mal. Francamente, no se lo que sentiría si la viera otra vez, pero el pinchazo puede ser épico. Demasiados pensamientos de ella que volverían a la vez.
No la quiero, probablemente si la hubiese conocido mejor incluso me habría dado cuenta de que no se lo merecía. Temas demasiado banales a las ocho menos cuarto camino del colegio. Era, claramente, uno más.
Hay cosas que no cicatrizan, y que prefiero no llamarlas heridas, son simplemente personas que pasan a tu historia particular.
Salu2, y perdón por alargarme un pelín