Siempre me he escondido
tras puertas y ventanas,
cristales negros y rojos
que cubrían la noche en mi alma.
A veces el Sol se asomaba,
nunca lo desprecié
siempre se burlaba de mí:
lloré.
Estoy tocado,
estoy hundido,
las rosas se marchitan
antes de San Valentín
y la vida pasa
como un huracán
ante mis propios ojos.
No la toco,
no me vaya a quemar.
Quiero dormir para siempre
con ella, a quien amo
pero ya no se donde ha ido
creí tenerla tan cerca...
me ha dejado hundido.