Abajo en castellano: SIN-DESPERDICIO
Hace ya tiempo que se retiró y mucha gente todavía no se lo cree...
Ni yo mismo me lo creo del todo (risas) pero me temo que así es, y si bien de vez en cuando voy a ver a Satoru [Iwata, actual CEO de Nintendo] suelo pasar las mañanas mirando la televisión (risas). Oh, y en mi jardín. Es un trabajo duro pero vale la pena, y lo disfruto de corazón. Tanto, de hecho, que sugerí a Shigeru [Miyamoto, el principal creativo de Nintendo] hacer un juego sobre ello. Y siguió mi consejo, aunque no salió exactamente lo que yo esperaba. Vendió bastante bien, de todos modos. Respondiendo a la pregunta, sí, estoy retirado.
Iwata-san está al mando ahora.
Sí, así es. Es un chico muy inteligente. Le falta el punto que yo tenía a su edad pero todavía es joven, y aprende rápido. Todavía le aconsejo en casi cualquier cosa, le ayudé incluso a redecorar su oficina, es un poco inútil en ese aspecto (risas). Pero conoce tanto la industria como el lado creativo de Nintendo. El mismo diseñó a Kirby [un personaje de Nintendo], que si bien parece algo anticuado hoy en día y, seamos honestos, es algo homosexual, es todavía un personaje popular entre niños y entre mayores. El conducirá a Nintendo al siglo veintiuno.
Pero usted todavía tiene un papel importante a representar en la política de Nintendo.
Bueno, es mi compañía. Yo la creé. Si no fuera por mí Nintendo estaría todavía fabricando cartas. Cartas de alta calidad, por supuesto, superiores a las occidentales del mismo modo en que cualquier producto japonés es superior a su equivalente occidental. Tal vez debido a la mentalidad empresarial japonesa.
¿Cómo la definiría?
¿La mentalidad empresarial japonesa? Los hombres de negocios japoneses son tigres, mientras que los occidentales son como el oso Yogi, gordos y complacientes. Se contentan robando cestos de picnic (risas). Veamos, la mentalidad empresarial japonesa es una extrapolación directa de la mentalidad japonesa en términos generales. Antes de la 2ª Guerra Mundial nos encontrábamos en un callejón sin salida por culpa de los americanos; no podíamos comerciar, no podíamos comprar petróleo, ¿y qué hicimos? ¡Atacarles! Decidimos que no queríamos jugar según sus reglas. Supimos ver el peligro y lo encaramos con valor. Perdimos, ciertamente, ¡pero qué manera de perder! Los americanos tuvieron que recurrir al poder del átomo para derrotarnos. Lo perdimos todo y renacimos a partir de las cenizas radioactivas de Hiroshima y Nagasaki. Podríamos haber hecho como los italianos y subyugarnos, como los franceses y rendirnos, ¡pero nosotros se la devolvimos! ¡Somos japoneses! Mientras a los niños americanos de la generación de la posguerra les daban de comer en cucharas de plata y veían "I Love Lucy" nosotros luchábamos paso a paso para recuperar nuestro lugar en la cumbre, el lugar que por derecho corresponde al pueblo japonés. Hay un dicho americano que ciertamente aplica a Japón: nadie te da de cenar gratis. Bueno, deben hacerlo en América, de otro modo no estarían tan gordos (risas). Y ahora esa generación de niños americanos es la que gobierna el país, la que dirige sus empresas. Creen que todo les va a salir bien porque siempre ha sido así. Que no necesitan inteligencia, o trabajar duro, o suerte, incluso, ¡creen que el viento siempre les soplará a favor porque son americanos! Por favor, mirad quién es su presidente. Y muestran desprecio hacia las demás culturas, incluso aquellas superiores a la suya como la japonesa. Fui testigo de ello por enésima vez recientemente, cuando Microsoft hizo una oferta para comprar Nintendo.
¿Le importaría extenderse en ese tema?
Económicamente era una oferta muy tentadora. No quiero presumir, así que no daré cifras ni de dinero ni de acciones. Pero te puedo asegurar que en todos mis años en la industria del videojuego, jamás había visto u oído de una cantidad semejante. Y no soy un novato en esto. ¡Iba a poner el índice Nikkei patas arriba! El propio Steve Ballmer viajó a Kyoto en persona. Los americanos daban por hecho que aceptaríamos, ya que no estábamos en nuestro mejor momento. Las ventas de GameCube no habían ido tan bien como esperábamos (pero tampoco tan mal, no hemos tenido pérdidas) y la sombra de la PSP ya era alargada por aquel entonces. Estaba claro que no se repetirían unas condiciones tan propicias para el trato como aquellas. Vinieron tan pagados de si mismos que podías ver el desprecio dibujado en su sonrisa. Algunos de los miembros de la junta directiva querían vender, pero yo no me dejé engatusar por los americanos. Era algo que iba más allá del ámbito empresarial, algo equiparable a la derrota que sufrimos en la 2ª Guerra Mundial. Fui testigo del hongo radioactivo cuendo era un niño y me prometí a mi mismo que jamás volvería a suceder. Como aún ostento el poder ejecutivo, bloqueé el trato. Di luego un pequeño discurso en la sala de reuniones sobre los valores tradicionales japoneses y nuestra identidad nacional, pero los intérpretes apenas prestaron atención e incluso algunos americanos estaban riéndose. ¡No nos tomaban en serio! Me enfadé y no supe guardar las formas, algo de lo que me arrepiento ahora.
¿Qué les dijo?
Bueno, creo que no sería prudente repetirlo. Qué demonios, les dije que me comieran los cojones. Los intérpretes se quedaron perplejos e intentaron suavizar mis palabras pero me di cuenta y eso me enfureció aún más. Lo que yo quería era precisamente faltarles al respeto, mostrarles el verdadero Orgullo Japonés. Por favor, escriba Orgullo con “O” mayúscula cuando transcriba esta conversación si es tan amable. Orgullo. Bien, como los intérpretes no hacían su trabajo estaba a punto de ponerlos de patitas en la calle y justo en ese momento vi a Ballmer sonriendo hacia su asistente mientras de sus labios se podía entender la palabra “amarillo”. Creían que estaba de broma. Seguramente estaban pensando: “Mira como se enfada el viejecito amarillo este”. En fin, ahí exploté. Me puse de pie encima de la silla, puse las manos a modo de megáfono y le grité en inglés y vocalizando perfectamente: HEY, BALLMER, ¿POR QUÉ NO VIENES AQUÍ Y ME COMES MIS PEQUEÑOS COJONES AMARILLOS?
¿Y así terminaron las negociaciones?
Sí. Los americanos se marcharon disgustados y alborotados, de hecho estaban tan escandalizados que parecía que les hubiese enseñado un pezón. Un pequeño pezón amarillo (risas). Una compañía japonesa se lo habría tomado como un mero contratiempo, un nuevo desafío. Y esa mentalidad, junto con nuestro flexible sistema bancario y las barreras de entrada a nuestro mercado es lo que nos permitió conquistar América durante la gloriosa década de los ochenta. ¡Prácticamente compramos el país entero! El Rockefeller Center, Peeble Beach, Downtown L.A., ¡todos sus símbolos, los que se te ocurran, eran nuestros! Del mismo modo nos adueñamos de la industria del videojuego. El poder amarillo, ¿eh? Intentaron contraatacar, pero no supieron hacerlo con la fuerza necesaria. No aguantaron lo suficiente. Piensa por ejemplo en Atari. ¡En la Jaguar! (risas). Y ahora Microsoft. Fracasarán miserablemente, no puedes sobrevivir cuando pierdes dinero con cada consola que vendes. La Xbox y la Xbox 2 destruirán esa compañía, créeme.
¿Y Sony?
Sony es diferente. Sony es japonesa, como nosotros. Poseen en principio nuestra misma mentalidad. En principio, porque han sido corrompidos por la moral occidental. Ya no les importan conceptos como la lealtad o el progreso de la industria, sólo les interesan los beneficios. Siempre hambrientos, ¡como los americanos! (risas). Y lo más triste es que aparentemente les va bien. Están totalmente desprovistos de originalidad o coraje, sólo van allá donde otras compañías ya han ido antes. Su única maniobra audaz fue el lanzamiento de la Playstation, que tuvo lugar después de que nosotros desecháramos la posibilidad de colaborar con ellos. Fíjate en la PSP [la nueva portátil de Sony], por ejemplo. Ahora quieren entrar en el mercado de las portátiles. No lo han creado, ni lo han mejorado, quieren una parte del pastel porque se han dado cuenta del dinero que mueve ese mercado. O sea que diseñan la PSP, ¿y cuál es su principal atractivo? Tiene una pantalla más grande. ¿Cómo controlas los juegos? Con el Dual Shock [el mando de Playstation]. Qué original.
¿No le convence la PSP entonces?
La PSP probablemente sea el peor concepto para un dispositivo portátil que jamás haya visto. Y no soy un novato en eso, yo fui el que lanzó el Virtual Boy [el fallido dispositivo de realidad virtual de Nintendo] (risas). En primer lugar, está el formato de los juegos. ¡Son discos, por el amor de dios! Los discos implican cargas. Un chico sube al autobús camino a la escuela e inserta un disco en la consola. Para cuando el juego haya cargado, ya habrá llegado a la escuela. Si quiere jugar durante el descanso entre clases deberá dejar el juego cargando durante la clase. Y eso está muy alejado del concepto del videojuego portátil. Las portátiles deben servir para jugar en cualquier lugar y momento, durante cortos periodos de tiempo. Deben poder crear sensaciones al instante. Y por eso una consola portátil debe ser pequeña y ligera, para que puedas llevártela encima. Mira el tamaño y el peso de la PSP, ¡podrías matar un hombre con ella! Mira su forma, es tan amenazadora. Tiene forma de pene gigante. Pero el mayor problema de la PSP es su autonomía. La mayor parte del consumo tiene lugar durante el proceso de carga, de modo que para cuando por fin puedas empezar a disfrutar del juego la batería se habrá agotado. Y sus baterías son además de baja calidad, se rompen cada cierto tiempo y hay que sustituirlas con frecuencia. La PSP usa componentes muy caros, lo que supongo puede ser eventualmente ventajoso para Sony. Creo que así es como conseguirán sacar beneficios, vendiendo baterías de recambio.
¿Y cuál es su opinión sobre el software?
Nada nuevo, lo mismo que hemos visto ya mil veces. El mejor juego de lanzamiento es Ridge Racer. ¡Como en 1995! (risas) Estoy convencido de que la mayor parte del catálogo de PSP consistirá de remakes de viejos juegos de Playstation. Por el bien de la industria preferiría ver juegos originales en la PSP, en lugar de remakes.
¿Cree usted que será un éxito?
No, lo dudo. Creo que nuestra Nintendo DS va a hacerles morder el polvo. ¿De qué disponen ellos? Tienen a Square-Enix. Probablemente lancen un RPG [Role Playing Game, juego de rol] tradicional. Los niños están cansados de RPG's. Los niños están hartos de esas interminables conversaciones con NPC’s [personajes no jugables] o de batallas aleatorias con enemigos. Quieren Pokémon. Quieren interacción. Quieren comunicación. Quieren pantallas en las que puedes escribir, y enviar mensajes a tus amigos, en las que puedes incluso tocar a los personajes. La DS abre nuevas posibilidades en el mundo de los videojuegos, los hace más accesibles, más sociales. La DS convertirá el mundo en un lugar mejor. Eso es algo que no son capaces de ver en Sony, porque perdieron hace ya tiempo los valores que han convertido la industria de videojuegos japonesa en la mejor del mundo.
¿Cuáles son esos valores?
Lealtad. Innovación. Audacia. Cierto es que poco a poco los valores occidentales penetran en nuestra sociedad. Hemos perdido algunos compañeros por el camino, como Square, y más recientemente Capcom, cuya traición nos afectó profundamente. El pobre Shigeru estaba desconsolado, se vio personalmente decepcionado por Mikami [Shinji Mikami, ejecutivo de Capcom], con el que llegó a un acuerdo de caballeros para que luego lo rompiera. Estrecharon sus manos y dieron su palabra, algo que en mis tiempos era más que suficiente para sellar cualquier trato. Mikami es un canalla que juega a dos bandas, eso es lo que es. ¿Qué clase de hombre rompe su palabra? Sin duda, sabemos lo que es perder aliados. Se dejaron seducir por el dinero fácil y las luces brillantes. Pues bien, esas son las luces del tren que se dirige a vosotros. Nosotros somos ese tren, y vamos a atropellar a cualquiera que se interponga en nuestro camino.
¿Quiere decir eso que Nintendo no volverá a mantener una relación amistosa con Capcom?
Digamos que somos capaces de perdonar, pero jamás olvidamos. Francamente me trae sin cuidado lo de Mikami, pero me sabe mal por Shigeru, es un chico muy sensible. Es un artista, y como tal se ve fácilmente afectado por circunstancias externas. Me temo que requerirá de nuevo de mi ayuda y consejo para mantenerse en el camino correcto. Igual que cuando diseñaba a Jumpman [Mario, el personaje de Nintendo]. Digamos que no se encontraba en el periodo más feliz de su vida, y eso le llevó a cierta despreocupación y descuido. Por ejemplo, no quería ponerle bigote a Jumpman porque creía que a la gente le recordaría a Hitler. Pero yo le dije: Jumpman es italiano, los italianos son peludos, necesita un bigote, ¿y qué más da si algunos idiotas creen que se parece a Hitler? Hay que arriesgarse. Hay que arriesgarse para ganar, ahora y siempre, en los negocios y en la vida.
Pero el actual estado de la economía japonesa aconseja ser prudente, jugar sobre seguro.
¿Te refieres a la recesión? ¿Al cuasi colapso de nuestro sistema bancario? ¿A la debilidad del yen? ¿Crees que en todos mis años en el negocio de los videojuegos el viento nunca ha soplado en mi contra? Tenemos muchos frentes abiertos en este momento. Tenemos la DS. Tenemos la Revolution [la consola de próxima generación de Nintendo], y también nuestra nueva división cinematográfica. Algunas de las cosas en las que nuestros chicos están trabajando son increíbles. Revolucionarias. Algo contra lo que los americanos no serán capaces de competir, y les quitaremos un mercado delante de sus narices una vez más. Lo que empezó Godzilla lo terminaremos nosotros (risas).
¿Cuáles son sus predicciones para la siguiente generación de hardware?
Desde un punto de vista tecnológico todas las consolas estarán muy igualadas. Lo que marcará las diferencias será por tanto el software, y Nintendo es el mejor productor de software de videojuegos del mundo. La Revolution será la plataforma perfecta para demostrarlo. Su nombre no es una mera coincidencia, será una plataforma revolucionaria. La tecnología, las librerías de software, los esquemas de control. Incluso el plástico con el que se fabrique la carcasa será revolucionario, de una nueva clase. E interactuará con la DS de formas inimaginables. Desde un punto de vista financiero los próximos dos años serán difíciles para todos, pero a partir del momento en que exista una base estable de usuarios de las nuevas videoconsolas la siguiente generación será la más productiva de todas. Y no todos llegarán a disfrutarlo. ¡No Sega, por lo menos! (risas). Fueron un rival digno en su momento, y ahora luchan por las sobras del mercado de juegos deportivos, no pueden ni siquiera competir con un hatajo de canadienses. O sea, mira su logo, ¡es una hoja! (risas). Y Sega está en esa posición porque no tuvo la visión ni la valentía necesarias en esta última generación. Ganar la guerra del mercado de las consolas requerirá agallas. Habrá que tomar algunas decisiones arriesgadas. Pero como siempre he dicho a los jefes de mis divisiones de hardware y software: sin riesgo, no hay gloria.