La luna acariciará las nubes en su paseo... suavemente...
No como el viento, que retuerce los rizados y rubios cabellos.
La cabalgata de luces
se olvidará de ti al pasar
durante la noche.
Como manos, los árboles anclados a sus raíces,
ansian tocar el cielo.
Las aves disfrutan de su alegre aleteo.
Vuelan, vuelan, vuelan
cuando corres hacia ellas desesperadamente.
Un niño descansa bajo un naranjo.
Como un agotado cíclope,
las hojas filtran los rayos del sol
y le hacen guiñar los ojos,         descomponiendo el mundo.
El mundo se convierte en un caleidoscopio,
en una pompa de jabón
con un millón de colores.
El viento mece los columpios
en un vaivén                         monótono.
Algún día volveremos              a ser niños
y echaremos carreras             con las nubes.