Espejismos en la noche,
reflejos de la luna llena,
charcos de silencio
y sombras de tristeza.
Un alma solitaria
empapada de alcohol
vaga dando tumbos
habla solo, grita sin control.
Cae, finalmente, al suelo
y solloza al vomitar
un espíritu roto,
una vida que pintar.
No hay colores esta noche
Más que blanco, negro y rojo:
La luna, la sombra, la sangre
y brota de la muerte un corazón.
Entre los dedos se escapa el tiempo
que se supo medir,
momentos de dulce recuerdo
perdidos en montañas de arena.
Una mano en el hombro
levanta su cuerpo gastado
y pasea con él hacia las sombras.
Le anima y da consuelo,
ahora estarás mejor.