Angel cap.1

[Portada a cargo de “dedos-magicos” Biti, conocído colaborador y victima amigo del autor. ]

Os presento esta novela corta donde un mundo cambiará para siempre tras la caida de un “Angel”…


Capitulo Uno:

Desde la lejanía el impacto se había vislumbrado como la caída de un meteoro más. Pero para la anciana que recogía hierbas a escasos trescientos metros del impacto, había sido algo muy diferente.

-¡Un ángel!, ¡¡¡ha caído un ángel!! –gritaba con un jubilo esplendoroso mientras corría a duras penas hacia el cráter, que casi inmediatamente después del impacto se había inundado con las aguas del rió. La columna de vapor se alzaba contra el cielo y por ello la anciana apenas noto calientes las rocas trituradas empapadas por el rió- ¿Señor ángel?- pregunto a la bruma de vapor que comenzaba a dispersarse-

Al cabo de algunos minutos se había esfumado lo suficiente para dejar ver en el centro del cráter una figura que recordaba lejanamente a un ser humano. El ser no emitió palabra alguna, su cabeza daba bruscos saltos y algunas chispas escapaban de la junta de su cuello. La anciana intento alzar su brazo pero aun con sus fuerzas de una vida de trabajo se vio incapaz, pero el intento hizo reaccionar al ser que se levantó pesadamente y diligente como una mascota amaestrada siguió, a la anciana hacia la choza donde vivía.

La destartalada vivienda contra el monte podía parecer frágil, pero sus muros eran sólidos y el oxido de su techo era solo superficial, escondiendo una gruesa lamina metálica que habría resistido el ataque de un mortero. Puerta adentro se descubría las verdaderas proporciones del hogar, al ser solo la entrada de una amplia y seca cueva.

-Estoy tan emocionada… casi no me lo pude creer cuando vi sus alas blancas mi señor… ¡Un ángel! – exclamó como una niña ilusionada mientras sacaba de un arcon un grueso forro lleno de plumas algo destartalado- Toma, póntelo por encima así… tendrás que disculpar a esta anciana pero no tengo una capa apropiada, ni de tu tamaño, ni de puro carmesí que es lo que mereces, pero esta colcha hará el apaño, es la que siempre uso en invierno… ¿se siente mejor ahora?-

El ser dejo que la tela cayera sobre sus hombros y miro a la anciana con gesto ausente.

-Debe estar cansado… ¡que digo! –La anciana se dio un coscorrón en la frente- ¡si ha bajado desde el cielo!, debe estar cansadísimo… -razonó- Y yo aquí de cháchara… voy a ordeñar las cabras para tener leche caliente, usted descanse ¿de acuerdo?-

Con un rápido caminar la anciana desapareció monte arriba. El llamado ángel reconsideró su situación, de sus brazos brotó una entraña luz liquida que se expandió deslizándose por su piel, brillando especialmente allá donde presentaba rasguños y heridas. Mientras su cuerpo se curaba su mente vago entre los fragmentados recuerdos que atesoraba, finalmente desistió sumergiéndose en un sueño reparador

Pasaron dos días hasta que volviera a despertar. Al anciana salio de su ensoñación con un sobresalto al verle levantar la cabeza y mirar a su alrededor curioso.

-¡Menudo sueño se ha pegado! –Celebro la anciana- En el cielo deberéis estar acostumbrados a dormir tanto, claro es que no tenéis mucho que hacer con tanta nube y tanto santo por ahí… pero yo temía ya que no te despertaras-

-¿ci-elo?- musitó el ser-

-¡Claro!, ¿de donde sino el cielo viene un ángel?-

-¿An-kel?- intento pronunciar con un gruñido-

-Ángel, Án-gel- repitió la anciana vocalizando y señalándole- Tú eres un ángel sin duda-

-An-gel, Ángel-

- Y yo soy Tata, ¿puedes decir tata?- Dijo señalándose a si misma

Ángel miró unos instantes el arrugado dedo.

-Tata…-Repitió señalándola- Tu.. tata…. Yo… Ángel- dijo señalándose a si mismo-

-¡Eso es! Eres un ángel muy listo sin duda…- La anciana se giró hacia la lumbre y de la humeante olla lleno un bol, ofreciéndoselo a Ángel- Toma,, seguro que tienes hambre… -al ver que ángel solo miraba se llevo un bol similar a los labios- comida, comida buena-

Comprendiendo ángel alzo el bol titubeante y devoró al menos la mitad del contenido. El resto quedo esparcido sobre el suelo.

-Bueno, es un comienzo…- susurró la anciana-