Cuando escucho esa canción, solo puedo pensar en volar, simplemente me siento en las nubes, es genial, recordad todo lo que tienes, pero mirado desde las nubes. Es algo sensacional, no puedo parar, sueño y sueño, cada momento en cada lugar sólo con oírla me siento libre.
Imagínate allí arriba, sea como sea, con alas, en un avión, a lomos de un dragón o de un águila gigante, simplemente rozando con tu mano las espumosas y esponjosas nubes blancas.
Mientras las tocas, todos tus problemas se evaden, ya no te sientes ni inseguro ni perdido, eres libre. Dueño y señor, de todo. Tu libertad se basa en la capacidad de imaginar en un estado de absoluta paz. Algo absolutamente remoto e imposible en los tiempos que corren, ya que la sociedad y el rebaño, jamás te harán sentir perfectamente libre.
Cuando navego por las nubes, no pienso en nada, solo sonrió y sigo navegando, incluso me veo capaz de tocar el sol. Pero siempre, acaban apareciendo nubes de tormenta, me introduzco en ellas y acabo perdiendo el control de todo mi ser, caigo en picado sin saber por qué, gritando a todas direcciones. Pido auxilio pero nadie me ayuda. En ese momento, por mi izquierda, un rayo de luz asoma entre las nubes negras, con una silueta que reconozco al instante. Se me acerca y hablamos mientras caigo...
“¡¡¡Ayúdame, por favor, me caigo!!!”, digo yo con voz aterrada.
“No, ya no estamos juntos” dijo la silueta luminosa.
Caigo y caigo, veo que mi vida llega a su fin, pienso en todo lo que he vivido, en todo lo que he hecho, todo el bien y todo el mal que he causado. Más bien que mal, pero eso ya no importa. Mis ojos ya no ven, las lágrimas se hacen patentes, miro otra vez a la silueta, intento agarrarme como sea, ya no tengo ese poder de volar, intento pero se me resiste. No quiero morir, agonizo mientras caigo, "dame una oportunidad de vivir, siento que me queda mucho por delante". Sé que puedo ser alguien grande, sé que allá fuera hay mucho mundo para mi, y el pensar que no lo voy a ver. Me entristece todo lo que voy a dejar, todos esos amigos, todos esos lugares, pero sobre todo esos recuerdos, porque no sé si se me permitirá allá donde voy, conservarlos en mi corazón.
En un momento, entre pestañeo y pestañeo, de estar en un cielo cayendo, estoy en un lugar oscuro. Estaré muerto….
