Recuerdo, ahora, como antaño, sentado en mi habitación, escudaba la radio con aquel éxito del momento, recuerdo como para mi no tenía ningún sentido aquella frase de no puedo vivir sin ella pero con ella tampoco, como sentimientos tan contrapuestos podía unirse en un pensamiento y como pensaba en lo poco cuerdo que debía estar quien así pensara…
Ahora tiene sentido, ahora que te echo de menos mientras prefiero estar solo, ahora que tu lejanía me alivia lo mismo que me entristece, ahora que sin ti me muero y a la vez resucito. No entiendo que me pasa, me falta la rutina de tus besos y el despertar junto a ti sin ganas de hacerlo, hecho de menos la frialdad de tus enfados y calor de tu indiferencia cuando querías que me enfadara, te quiero cerca de mi pero a la vez tan lejos…
Recuerdo, de nuevo, aquella frase, la incoherencia de su sentido, y pienso que no es posible la cordura en este mundo, donde sentimientos tan contrarios se mezclan en un solo corazón, divago pensando que es inhumano una vida en la que se pueda sufrir sea cual sea su contexto, ¿tiene sentido? Tal vez vivir no tiene sentido si no se sufre, tal vez, el sufrimiento es sólo una forma de hacer llevadera esta existencia y sin el no saborearíamos ni los éxitos ni los fracasos. Solo tal vez, sufrir sea parte de nuestro destino y estemos abocados a seguir haciéndolo durante todo el camino.
Perdonad de todos modos mis tribulaciones, pero sólo al enfrentarme al folio en blanco logro desvelar lo que realmente pasa por mi cabeza, es una forma de escape, una vía de auxilio en la que busco consuelo y mediante la cual minimizo durante unos instantes las angustias que me rondan. De todos modos aprovecho y lanzo al vuelo la pregunta, por si alguien algún día se encontrase en mi misma situación… ¿has donde es necesario sufrir? ¿Dónde separamos lo sufrible de lo insufrible? ¿Hasta donde es sano perder el juicio por amor, para poder aprender a valorarlo? Dejo en el limbo la tarea de cada uno de aprender a negociar con su conciencia y de indagar en su corazón en busca del miedo a no amar, porque si una cosa me ha quedado clara es que por mucho que se sufra, vivir sin amor y sin la penumbra del miedo a perderlo es vivir sin llegar a existir.