Norith caminó por las espesas planicies de césped durante largo rato absorto en sus propios pensamientos, debatiéndose consigo mismo por la conversación que había tenido horas antes con su maestro Thraus.
Se detuvo en medio de la nada y la observó detenidamente. Observó lo grande que era el Imperio, como se expandían los edificios a lo largo del terreno. Lo que antes había sido un pequeña colonia ahora era un pilar de la civilización.
Norith se giró con suavidad y a lo lejos vió lo que ya había sentido hacia algunos minutos. Tres hombres de la seguridad imperial se acercaban rápidamente y algo exhaustos. Seguramente había estado buscándolo durante algunas horas. No hizo otra cosa que permanecer allí de pie dejando que fuesen ellos los que se acercasen.
El momento de la conversación llegó y fue Norith quien escuchó atentamente.
- Fayan quiere verte inmediatamente - dijo el más alto de todos - vendrás con nosotros ahora.
- ¿Para qué quiere verme? - preguntó Norith de forma inocente.
- No es asunto mío conocer los asuntos de Fayan.
No quiso discutir más y acompañó a aquellos guardias ha la ciudad. Sin embargo, Norith no iba sin saber lo que le esperaba....era demasiado obvio.
Fayan era una especie de consejero del Emperador. Se podría decir que era él el que tomaba la mayoria de decisiones importantes y era bien sabido en todas partes. Por eso no era conveniente hacerlo enfurecer...más bien lo contrario.
) y nos das informacion con cuentagotas dotandolo de misterio a su entorno.
