Los gimnasios son negocios a los que la SGAE suele hincar el diente, uniéndose al grupo de bares, salones, discotecas, hoteles, comercios, videoclubs y un largo etcétera. Sin embargo, también empiezan a unirse al grupo de empresas que vencen a la Sociedad de Autores frente a los tribunales. En el caso de la reciente sentencia que os mostamos a continuación, la SGAE pretendía cobrar a un gimnasio madrileño por una televisión en la que no se ponía música y un hilo musical que ya pagaba un canon al proveedor (Telefónica).