Después de casi medio año ofreciendo una consola más cara que Sony, Microsoft
sacrificaba Kinect el mes pasado para igualar los precios de Xbox One y PlayStation 4. Mientras las consecuencias de esta diferencia temporal todavía
resuenan en el mercado, el jefe de Sony Worldwide Studios America, Scott Rohde, ha ofrecido a
ArsTechnica una visión sincera de la ventaja que Microsoft brindó inicialmente a su compañía.
"No te voy a mentir. Recuerdo exactamente dónde estaba", comenta Rohde sobre el anuncio del precio de Xbox One. "Estábamos ensayando las conferencias de prensa del año pasado. Teníamos la sensación de que iban a salir a 499 dólares, pero no estábamos seguros".
"Pues sí, estábamos bailando por los pasillos y chocándonos las cinco. Fue genial. Cualquiera que quisiera una entrevista, no importaba la pregunta, siempre podría contestar con 399 dólares. Era la respuesta a cualquier pregunta".
Rohde reconoce que la concepción de PlayStation 4 partió de la idea de ofrecer una consola más económica a raíz de los errores cometidos con PlayStation 3. "Pensamos que podríamos con Microsoft en la pasada generación porque la primera Xbox no tenía gran penetración de mercado y PS2 dominaba esa era. Con PS3 queríamos una máquina que fuese impresionante, que pudiera hacerlo todo, y juzgamos mal cuánto podía aguantar el mercado en
términos de precio".
El directivo de Sony America también ha tenido palabras para las Steam Machines de Valve. En este frente, Rohde considera que el modelo propuesto por los responsables de Steam tiene demasiados obstáculos por delante como para considerarlo una amenaza inmediata. De hecho, el ejecutivo aseguró que licenciar
hardware a terceros "ya se ha intentado antes" refiriéndose a la fallida línea 3DO.
"El concepto de la Steam Machine es un dispositivo interesante. Está en su infancia, no sabemos exactamente que es, […] cuándo ocurrirá o cuándo tendrá lugar. Supongo que se han conformado con un mando. No lo sabemos realmente. Llevan dando saltos durante un tiempo".