Los Oscars de la cobardía.
Netflix, y el resto de las plataformas digitales de pago, le han comido la tostada a la industria. Ésta, de una forma bastante ridícula, intenta aplazar lo inevitable, negándose a premiar a la película que, unánimemente, la crítica internacional considera la mejor del año.
Patético.
Si no ha sido éste año, será en 2020, o a más tardar 2021, cuando Netflix saque una película que, indiscutiblemente, deberá llevarse la estatuilla por cojones. Y el cementerio de elefantes en que se ha convertido la Academia de Hollywood tendrá que bajar los morros y dejarse sodomizar.
En días como hoy, parece que Hollywood está conformado por taxistas españoles.