En mi viaje a japón, una noche estaba haciendo cola para entrar a un restaurante de ramen, junto con mi mujer. Estaba mal de la garganta así que mi mujer me prestó su fular y me lo puse al cuello. Al cabo de poco, llegan un grupo de ejecutivos borrachísimos y se ponen a la cola. Noto cómo se están riendo de mi. Al rato a mi mujer se le hinchan los ovarios y se encara con ellos.
“¿Tenéis algún problema con mi marido?”
A esto que veo que me señalan y empiezan a gritar: JOHNNY DEPP! JOHNNY DEPP! Y se partían el culo.
Lo curioso es que no me parezco en nada a Johnny Depp. Pero en nada.