Siempre te creíste más fuerte que los demás. Siempre pensaste que tu corazón estaba protegido por una fortaleza infranqueable, que eras dueño de tus actos. Creías que tenías el control, que tu cabeza tenía el control. Sentías lástima por los que permitían que sus sentimientos controlasen su vida. Te sentías frío, calculador, creías ser un hombre de hielo...
Maldito iluso.
La fortaleza que te protegía resultó no ser más que un castillo de naipes. Todo se ha venido abajo. Has perdido el control, el iceberg que creías ser ya no es más que un charco de agua en el suelo. Eres débil, vulnerable, una sola persona ha conseguido derrumbarte sin ni siquiera intentarlo, sin nisiquiera saberlo. Nunca nadie te había hecho sufrir tanto.
A pesar de todo, le amas.
Ya no tienes más ilusiones en la vida que la de estar con esa persona que tanto dolor te está causando. Una parte de ti te intenta decir que es imposible, que nunca ocurrirá, que hay cosas más importantes en la vida. Es tu cabeza, pero ya hace tiempo que dejó de mandar en tu cuerpo, en tu vida. La poca cordura que te queda pende de un hilo que se puede romper en cualquier momento. Piensas en hacer una locura. Al fin y al cabo, hace tiempo que estás loco.
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Es mi primer ensayo/relato/como lo querais llamar. Se admiten y se agradecen críticas, comentarios, sugerencias, opiniones, insultos, etc