Con, siempre con. Picadita y doradita, en su punto de sal, gruesa como dos dedos y medio, jugosa y poco hecha, con las patatas lo suficientemente duritas como para que se separen un poco cuando la partes con el tenedor...
Y como han dicho por ahí arriba... el día siguiente, a temperatura ambiente... insuperable.
PD: Yum yum!!! Que antojo de tortilla madre mía.