Desde luego, no le agradaba la idea de irse con esos dos personajes a Chro. Estaba demasiado lejos. Además era una ciudad donde no se encontraría a gusto; ni más ni menos que la capital de Lerianor, el reino más rico de toda Yalay. Él deseaba ir a Aucus y allí descansar de todo aquello, tranquilizar sus ideas y vivir en paz. Y si, como decían Bolgar y Lenaus, volvía a ir para allá Dinás para matarle, él mismo se encargaría de darle vengaza a su familia.
Inspeccionó la habitación. Dos ventanas, una puerta, la cama en medio y poco más. En verdad con las dos ventanas le bastaba. Tomó un par de mudas de las que allí había y las enrolló en una de las capas que encontró por allí. Luego él mismo se puso otra capa, más oscura, y se preparó a salir por la ventana.
- Es un muchacho muy testarudo, pero de todas formas no debías de haberte puesto así – replicó Lenaus a Bolgar -. Lo único que has hecho, Veldelar, es la de asustarlo más.
- No he podido más. Parece mentira que no me conozcas.
- Recuerda la misión Bolgar, el muchacho debe llegar a Chro sano y salvo. Allí nos volveremos a encontrar y decidiremos qué ruta tomar.
- Eso ya lo sé. Lo que me preocupa es el tiempo que podamos tardar en llegar. Puede que alguno de los dos se retrase.
- Eso no tiene ningún problema. ¿Tienes alguna otra cosa que hacer? – la sonrisa pícara de Lenaus iba dirigida con dobles intenciones a Bolgar que rápidamente tuvo algunos colores en su rostro.
- No, yo..... eres un asqueroso traidor. Creí que no volverías a sacarme el tema.
- ¿Yo? –dijo con voz falsamente dolida – Eres tú el que ha supuesto. Por cierto, el muchacho se ha escapado.
- ¿QUÉ? – esa afirmación tomo por sorpresa a Bolgar que se dirigió al cuarto donde dejó a Karib a comprobar lo que decía su amigo, sin embargo Lenaus seguía cortando un trozo de queso que se llevó a la boca – pero... ¿tú lo sabías? –Bolgar estaba casi gritando a plena voz.
- No hace falta que grites, Veldelar. Lo sabía desde hace ya rato. Cuando terminaste de hablar con él pude ver en sus ojos la intención de escapar. Nadie le iba a detener, así que, para qué preocuparnos y ..... ¿Veldelar? – se giró sobre sus pies y vio cómo Bolgar salía a toda prisa por la puerta de la casa dejándola abierta – En el fondo es un buen guardián... Muy en el fondo.
La lluvia ya no era escasa. Sobre la ciudad caía un moderado chaparrón que había empezado a empapar de verdad la ciudad. El inmenso castillo que antes se podía divisar desde cualquier punto de la ciudad era ahora tapado por las nubes más bajas que rodeaban a Ol. La ciudad estaba casi desierta. Uno de los motivos era que se encontraban a más de media noche y otro era que debían prepararse para los dos o tres días siguientes de lluvia, pues éstos iban a ser muy intensos.
Las calles se encontraban algo embarradas, pero aún se podía caminar con relativa facilidad por ellas. Había pocos vestigios de que allí se hubiese estado celebrando una fiesta hasta hacía unas cuantas horas. Ese año las lluvias se habían adelantado casi tres semanas y había pillado por sorpresa a toda Ol, y seguramente a toda Tirya Occidental.
El río sería dentro de poco un verdadero peligro para las personas, ese era el motivo por el que se habían levantado algunos muros en las zonas más peligrosas y las casas estaban bastante alejadas del cauce, sin embargo Bolgar tenía la sensación de que Karib se habría dirigido hacia allí para seguir su senda hasta Aucus, pero no podía arriesgarse a hacer suposiciones, después de todo, las murallas estarían cerradas hasta los primeros síntomas del amanecer. Así pues, y después de un largo rato de desesperada búsqueda sin sentido, se detuvo y comenzó a concentrarse. De la punta de sus dedos comenzaron a surgir símbolos brillantes que se situaban alrededor de Bolgar. Luego, éste cerró el conjuro con unas palabras finales y los símbolos se distribuyeron por todas las calles de alrededor a una velocidad de vértigo. Por su parte, él se dirigió hacia un soportal que le protegería de la lluvia y allí espero poco más de unos minutos a que regresase alguno de sus enviados. Cuando uno de ellos lo hizo, Bolgar pronunció de nuevo unas palabras y la imagen desapareció. Luego él mismo emprendió el camino por uno de los callejones que daban a la calle principal. A pesar de la oscuridad que reinaba entonces, fue capaz de localizar a Karib con relativa facilidad. Se hallaba escondido en un rincón, detrás de unas cajas abandonadas.
Estaba enfurecido por aquella huida repentina del muchacho y no iba a permitir que se le volviese a escapar de nuevo. Tenía demasiada prisa como para andarse con explicaciones. Además el camino era largo y tendrían tiempo de sobra para hablar...
Su paso era firme y decidido. Iba a coger al joven por el brazo y lo arrastraría a...
De pronto, su cara palideció. Un frío intenso recorrió todo su cuerpo empapado por la lluvia. No esperaba encontrarse aquello de ninguna manera. Él era un gran guerrero y estaba preparado para casi cualquier cosa. Todo menos... eso. Delante suya se encontraba Karib con los ojos rojos, lo que dejaba ver que además de lluvia había lágrimas en su rostro. Estaba encogido y tenía un temblor provocado a medias por el frío y el miedo.
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dos cosas imporantes:
1. quiero q las cosas sucedan rápido, por q, por si no os habeis fijao, la historia está vista desde el punto de karib, y el muchacho lo vive así. Quiero dar la sensación de confusión, de no saber que hacer y de que todo suced3e así, rapido. ¿Lo consigo?
Weno, este capitulo quizá tiene más puntos de vista de Bolgar q de karib, pero en general no es asin ^^
2. siento no postear mucho en el foro, pero es q he pasado una semana MUY extraña, con sentimientos mu raros, amos, q a la vez reía de alegría y lloraba de tristeza ( literalmente ).
Y ahora no estoy mu dispuesto a escribir cosas nuevas.
Posteo esto y a ver que os parece
nos e ves