El Guardián del Destino X: combate mental

No resultó demasiado difícil encontrarle de nuevo. Caminaba a paso ligero por la calle principal, a contracorriente de la mayoría de la gente, que se dirigían a la fiesta. Esto le permitió seguirse el rastro más fácilmente aún cuando le perdía de vista. Pasadas unas cuantas calles laterales, Dinás torció a su derecha, desviándose así del camino a palacio. Bolgar aceleró su paso para no perderle de vista, pero cuando llegó a la altura de la bocacalle su presa había desaparecido. Podría haber entrado en cualquiera de las casas de la zona, pues había5
bastantes, y la longitud de la calle era lo suficiente como para averiguar que no le habría dado tiempo a salir de ella por el otro lado.
Prosiguió hacia delante para intentar descubrir en cual de las puertas se había refugiado Dinás. La primera de ella pertenecía a un pequeño piso de dos plantas, seguramente propiedad de alguna familia, pues no tenía pinta de posada ni nada que se le pareciese. De todas formas, se fijó bastante para evitar que se le escapase aquel extraño personaje. Al no encontrar nada, continuó a la siguiente, pero entonces se percató del silencio que reinaba allí. Miró rápidamente hacia la calle principal y confirmó que estaba totalmente vacía. Dónde se había metido la gente. Otras veces le había ocurrido esta misma situación y sabía perfectamente a qué se debía y lo que debía hacer. Sus músculos se relajaron completamente y agarró la empuñadura de su espada. Dejó su mente en blanco y comenzó a concentrarse en construir cuidadosamente las estructuras en las que se basaba el hechizo que se proponía realizar. Entonces, y una vez terminada, pronunció las palabras que cerraban el conjuro.
De pronto, y como salidas de una niebla espesa que se disipaba con rapidez, la gente volvió a aparecer en las calles y el sonido de nuevo comenzó, primero muy suavemente para convertirse en el barullo típico del momento. Bolgar resopló con cierto aire de tranquilidad y se dio la vuelta para proseguir con su búsqueda de Dinás cuando se percató de que ya le había encontrado. El extraño hombre estaba apoyado sobre una de las paredes tranquilamente mientras encendía la pipa que sostenía en su boca. Su despreocupación por lo que allí acababa de suceder alertaba a Bolgar que tras comprobar que la intención de su objetivo era la de no moverse, se aventuró a hablar con él.
- Has sido tú el que ha fabricado es hechizo, ¿verdad? – preguntó Bolgar
- No veo a nadie más capaz de ello por aquí – respondió Dinás mientras su cara reflejaba un claro desprecio.
- Los Tiryanos no se caracterizan por su destreza mental, y esa ilusión requería un nivel que aquí apenas se alcanza. Sin embargo parece q no eres de muy lejos de esta zona.
- Pues sí y no. Eres tú el que me estaba siguiendo desde que salí del palacio, si mal no recuerdo. ¿Porqué lo hacías?
- Vos parecéis un hombre un tanto misterioso, pero no sé por qué me parece que ya nos conocemos de algo.
- Jajajajaja. Bolgar, Bolgar. La memoria os falla, y desde luego no voy a ser yo quien os la refresque.
- ¿A qué te refieres? Entonces nos conocemos, ¿verdad?
- Así es. En fin, me ha alegrado comprobar que habéis mejorado vuestras aptitudes desde la última vez. En estos momentos no puedo quedarme más contigo. El trabajo me reclama
- No te voy a dejar ir tan fácilmente.
- Lo sé. Pero no importa, no podrás seguirme. Lo de antes fue un juego de niños. No te molestes en localizarme. No resultará.
Dinás desapareció delante de sus propias narices como lo habría hecho cualquier objeto al entrar en un banco de niebla. Bolgar, de nuevo, intentó contrarrestar el hechizo, pero esta vez el conjuro realizado por su amigo era mucho más complejo que el primero. La forma que constituía la primera desaparición fue realizada con mucha sencillez y posiblemente con el objetivo de que fuese descubierta. Sin embargo, esta vez la trama que constituía el encantamiento estaba mucho más elaborada. Para su sorpresa, Dinás también se había encargado de ocultar la verdadera estructura, por lo que le llevaría algún tiempo realizar el contrahechizo y para cuando estuviese terminado, él podría encontrarse en las montañas de Ol. Con un suspiro, Bolgar decidió hacer caso a la recomendación de Dinás y dirigirse al banquete en el río. Después de todo, se lo merecía, y para la mañana siguiente debería estar completamente recuperado, sino su victoria correría un serio peligro. Así pues y bajo la atenta mirada de Dinás cambió de nuevo el rumbo para marchar hacia las fiestas del río sin dejar de pensar en cuáles podrían ser los asuntos de trabajo que había traído a éste a Ol. Pero también se preguntaba de qué lo conocía.

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nuevo capítulo, un poco más intenso que otros y con nuevas pistas y presentaciones de personajes
a ver q os parece ( si alguno lo sigue :p :p :p :p )

de toas formas disculpas por que son muy largos, pero es q menos le quita todo al texto ( aunque he intentao modificar algunas cosillas [bye]

nos e ves
Pues está muy bien, sí señor. Eso sí, no te cortes a la hora de postear episodios largos, yo creo que si se modifican para acortarlos el asunto pierde, y es mejor postear menos historia que hacer cortes. un saludete!
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