El Guardián del Destino XVI: Las reflexiones de Maese Allen

Entonces un gran murmullo sobresaltó a los tres que dirigieron sus miradas hacia el terreno de combate. Allí Dinás había conseguido recuperar su espada y destrozar la de su oponente en apenas un segundo. El combate había finalizado con victoria por parte del caballero de pelo blanco. Éste buscó a Bolgar y cuando le encontró sonrió malévolamente aún con el sudor frió de haber estado a punto de perder el combate. Luego, salió de la pista de arena y se dirigió a la armería de palacio.
Una mirada de ira se reflejó en la cara de Bolgar que continuaba agarrando a Karib fuertemente por el brazo. Éste apenas mostraba resistencia a su apresamiento. Por alguna extraña razón sabía que su raptor no iba a hacerle daño, o por lo menos más del necesario, sin embargo, Allen no estaba por la labor de dejarle irse con su amigo.
- Detente – le ordenó el joven guerrero.
- Ya estoy demasiado enfadado por lo que acaba de hacer tu amiguito como para que ahora venga su guardaespaldas a intentar salvarle – poco a poco, las palabras de Bolgar cobraron un intensidad mayor hasta que parecía que estaba gritándole en los oídos a Allen -. Sal de mi camino –concluyó.
- No...no pienso dejar que te vayas con Karib – un tono de inseguridad se reflejaba en la voz del muchacho que parecía indeciso ante la potencia de Bolgar.
- No te lo repetiré.
- Déjalo Allen – interrumpió Karib -. No me pasará nada. Espérame en la posada.
- ¡Karib!
- Ya le has oído –concluyó Bolgar.
Tras esto Allen bajó su espada y Bolgar se llevó a Karib entre la gente, que parecía no haberse dado cuenta de lo que acababa de ocurrir. Enseguida desapareció de su vista.


La distancia que les separaba era cada vez mayor. Allen contempló a su amigo sin saber cómo reaccionar. Su brazo poco a poco fue perdiendo altura hasta que su espada se apoyó en el suelo y luego, la soltó. Con los ojos húmedos intentó gritarle Karib, pero ningún sonido salía de su garganta. Su cuerpo estaba invadido por una sensación muy extraña.
Por qué había accedido a la petición de Karib. No era propio de él. Sin embargo lo había hecho, y ahora le pesaba sobre su conciencia una importante carga. Había dejado sólo a su mejor amigo cuando más le necesitaba y podía encontrarse en grave peligro. Qué debía de hacer, seguir a Bolgar, lo que le indicaba su corazón, o hacerle caso a Karib e irse a la posada, como le pedía su cabeza.
Él era demasiado impulsivo para acceder a la petición de Karib, pero esta vez había algo que le impedía correr detrás de su objetivo. Hacía pocos segundos había experimentado una sensación que nunca antes había tenido. Ni siquiera algo parecido. Bolgar había provocado en él una sensación de miedo. Respeto. Temor. Y apenas pudo responder ante ello.
Se había decepcionado a sí mismo.
Nunca antes se había tenido que enfrentar a un rival tan superior a él. Dos días antes quedó humillado frente a Faern, pero no había huido de aquello. Su empeño le había llevado a enfrentarse incluso blandiendo un arma que no estaba acostumbrado a usar. Hasta pensaba buscar la revancha antes de irse de Ol, para lo que se estaba entrenando cada mañana. Pero este caso era distinto.
Su cuerpo se había paralizado ante las palabras de Bolgar y apenas se podía mover del escalofrío que le recorrió en aquellos momentos. Deseó que todo aquello terminase sin necesidad de un enfrentamiento directo, y eso no era nada propio de él. Pero para su suerte, Karib le pidió que no hiciese nada. Que se quedase tranquilamente en la posada. Que no le ayudase cuando más lo necesitaba. Cuanto más lo pensaba le parecía peor lo que había hecho, sin embargo no se decidía a ir a buscar a su amigo. Y cada vez se alejaba más y más y quedaba fuera de su alcance. Qué debía hacer. Mejor dicho, qué podía hacer. Después de todo si les lograba encontrar, qué posibilidades tenía contra Bolgar. Ninguna, desde luego. Entonces, para qué seguirles.
Sus pensamientos le llevaron hasta un callejón sin salida. Debía de elegir y ya. Su amigo o él. Su amistad o su egoísmo. Por supuesto, Karib era lo primero, sin embargo debía de enfrentarse a dos cosas que le cerraban el paso, a Bolgar y a su miedo.
Con mucho esfuerzo, logró recoger su espada y avanzar unos pasos alejándose del terreno de combate. Allí la gente gritaba y animaba a su favorito después de la pelea entre Dinás y Debial, pero él estaba demasiado encerrado en su cabeza como para echarle cuenta a su alrededor. Sin darse cuenta tomó el camino hacia la posada donde dormían, quizá por casualidad, quizá por instinto.
Mientras caminaba lentamente por la calle, seguía pensando en su amigo. Era la primera vez en toda la vida que se separaban el uno del otro. Siempre habían estado juntos, para la enfermedad y para los juegos. Ahora que se encontraba sólo un vacío le recorrió su cuerpo haciéndolo sentir indefenso. Él era mucho más fuerte y diestro que Karib, sin embargo, su amigo le había salvado de todos los problemas en los que se metía, y hasta había puesto su vida en peligro por él. Siempre podía contar con él para lo que necesitase y cada vez que quería, él le ayudaba.
Era una relación que superaba la amistad. Para él, Karib era como su hermano de sangre. Sin embargo se sentía incapaz de reaccionar ante aquella situación. No era capaz de dirigir sus pasos a la busca de su amigo.
Se detuvo cuando faltaba un par de calles para llegar a la posada y alzó su vista al cielo. El color azul intenso era apenas manchado por unas solitarias nubes. Todavía era temprano, mucho antes de la hora del almuerzo, pero parecía que habían pasado horas desde que emprendió el camino de vuelta desde el palacio.
La gente caminaba tranquilamente alrededor de Allen sin fijarse apenas en él. Las calles estaban llenas de vida. Un poco más adelante se podía encontrar los puestos del mercado. Allí hay siempre una continua actividad. Muy cerca de aquel lugar se encontraba su posada. También había mucho barullo, y los que tenían tiempo libre solían tomarse sus cervezas en el pequeño local de la parte inferior. Tuvo que atravesar la taberna para pasar a su habitación y luego se tumbó en la cama y esperó.

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se acerca el cenit de la primera parte del relato, espero q os guste hasta aquí pq os tengo guardada una buena sorpresa

nos e ves ^^
Bueno, episodio muy redundante, pero entiendo que quieras dejar las sensaciones claras de Allen, para ti debe ser muy importante que nos enteremos bien de su relacion. :)

Pues haber que pasa...... [Ooooo]
la verdad es q quiero q se conozca bien a los personajes Ninguno
sobre todo pq quiero q la historia cuente todo sobre ellos,
y quienes son ellso, pos Karib, sobre todo, Allen, y los q van saliendo más adelante

para mi ... pues si, espero q se vea q los dos son grandes amigos, casi hermanos, y q lo + grande q tienen es su amistad

snif q bonito, q me pongo a llora, snif

nos e ves
2 respuestas