Vale, ahora que tengo tiempo....
¡CRÓNICA DE LA BODA!
Lunes, 22:00 horas. Un trillón y medio de merluzos congregados a los pies del Gran Cura-Dios Mello (el que aquí suscribe, vamos). Un nervioso mopas (y ligeramente desquiciado hacia el este, todo hay que decirlo) esperaba la llegada de Balsi. Tan hermoso, horripilante y cursi a la vez que era todo...
Y al fin llegó la novia, vistiendo un traje diseñado por Enchu especialmente para la ocasión. Supongo que no estaba mal, pero me gustó mil veces más el de los monaguillos. Qué se le va a hacer.
A partir de aquí, un largo rato de horrible ceremonia que concluyó cuando Mopas y Balsi se unieron definitivamente como pareja (pringaos) y se comprometieron a darme una enorme cantidad de euros a cambio de mi bendición.
Llegó entonces lo interesante: la fiesta.
No me extenderé mucho, ya se sabe como son estas cosas y todos los elementos importantes de una buena juerga estuvieron presentes: alcohol, drogas, sexo, death metal, monaguillos a los que torturar, etc.
Así que sin más preámbulos, dejo las imágenes del evento:
Aquí me tenéis estrenando traje para la ocasión.
Balsi y Mopas nos abandonaron muy pronto. Dijeron no se qué de un hotel...
Uno de los monaguillos de la madrina Jackie Cane. Los míos eran más monos y su sangre tardaba más en coagular.
A Lylha también le dejé un monaguillo. Estuvieron desaparecidos durante gran parte de la noche y regresaron cuando despuntaba el alba. La pobre apenas se tenía en pie.
Por su parta, Anna, que pasa mucho de rollos religiosos, se abandonó a la bebida y finalmente se arrojó a los brazos de Sama. Aquí la vemos cuando aún tenía más sangre que alcohol en las venas.
Y bueno, Jackie también le dio a esto de la bebida. Y como ya se sabe que de las bodas surgen nuevas parejas, acabó encerrada en un cuarto oscuro con el padrino Suntzu.
En la imagen puede verse cómo Sun se abalanza sobre ella y...ella... ufff... que las imágenes hablen por sí mismas.
(Es el inconveniente que tienen los cuartos oscuros).
Pues nada, esto ha sido todo. Hay muchas más fotografías indecentes de otros invitados, pero las guardaré por si algún día tengo que hacer chantaje emocional.