Tras más de nueve horas el ano de Hitler ya no daba para más. Pero nuestro caudillo aún estaba precalentando. Así que imagina las ganas que le quedaron de repetir al teutón con cara de maricon jaja.
Tras más de nueve horas el ano de Hitler ya no daba para más. Pero nuestro caudillo aún estaba precalentando. Así que imagina las ganas que le quedaron de repetir al teutón con cara de maricon jaja.
Podemos cambiarlo por un difunto muy querido y sirve lo mismo.
Eso visto desde el punto de sentir que se hace lo correcto. Si nos salimos de ahí, pues imagínate que le hablas igual a tu jefe, a kim jong-un y al tarado de turno de pruebas. Pues como que no