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Análisis Bound by Flame
Una gran promesa que se ha quedado a medias.
Spiders ha lanzado su cuarto juego dejando claro sus intentos por mejorar las críticas de sus proyectos pasados. Quizás demasiado ambicioso para el resultado final, pero todo hay que decirlo, y hay bastantes aspectos que han mejorado por -seguramente- haber tomado referencias de varios títulos exitosos del mercado; pero quizás han bebido demasiado de sus influencias y el resultado final no es lo que esperábamos, aunque el hype puede que también me haya jugado una mala pasada. Bound By Flame es el primer título de la compañía francesa en la Next Gen, y parece que se han quedado cortos.
Historia
Tomamos el papel de Vulcan, un mercenario (o mercenaria según el sexo que elijamos) que forma parte de un grupo de mercenarios contratados para defender a unos eruditos mientras realizan un ritual. La humanidad está en guerra contra un enorme ejército de muertos vivientes y otros monstruos liderados por unos poderosos hechiceros llamados “señores del hielo“, y el ritual es un método desesperado por conseguir una ventaja contra estos enemigos. Como siempre sucede en estas situaciones, el ritual falla por razones desconocidas, o más que fallar, no sale como los eruditos esperaban, ya que, en vez de volverse éstos más poderosos, invocan a un demonio o espíritu de fuego que entra en el cuerpo de Vulcan. Ahora no será un simple humano, sino que controlará el fuego gracias a su nuevo intruso, quien tiene voz y conciencia dentro de su cuerpo.
Como víctimas de la influencia demoníaca, tendremos que elegir si queremos desarrollar los poderes ofrecidos por este mal o conservar nuestra humanidad, ya que nuestro personaje se verá tentado a adquirir más poder a cambio de renunciar a parte de su alma, y esta progresión se verá reflejada en su cuerpo transformado. La relación con este “ser” es un poco la prueba de moralidad de cada jugador, ya que las decisiones que tomemos a partir de cierta parte del juego se centrará en la confianza que depositemos en lo que nos dice, y por lo tanto, definirán el rumbo que tomará la historia. En relación a las decisiones, es verdad que todas las que tomemos influirán en la trama, pero hay ciertas que “te obligan” a tomar. Es decir, puede que perdones la vida de un personaje, pero al final resulta que otra persona le mata tras tomar tu decisión, ya que está establecido que tiene que morir sí o sí, por lo que se pierde esa sensación de libertad en las decisiones si al final se tuercen a favor de la trama.
Donde sí que hay un poco de libertad es en las conversaciones con los NPCs, ya que muchas son bastante interesantes, e incluso podemos seducir a ciertos personajes. Nuestro protagonista tiene su propia personalidad, que es por cierto bastante arrogante, pero también tiene sus puntazos. El resto de personajes tienen personalidades bastante carismáticas, por lo que el resultado de las interacciones suelen ser bastante divertidas.
La trama es interesante y al principio engancha bastante, y teniendo que admitir que en muchos juegos de esta temática desconecto rápido de la trama porque me aburre, a mi me atrapó al instante. El problema está en que, conforme avanza la historia, da sensación de cortarse en seco, como si hubiesen tenido que adelantar acontecimientos y acortar el juego. Es una pena, pues podría haber dado mucho de sí y, tal como está, no aporta demasiado, y menos cuando solo dura entre 13 y 15 horas contando las misiones secundarias.
Jugabilidad
Tras poner nombre (algo absurdo cuando se dirigen a nosotros como “Vulcan”), sexo y algunos detalles de personalización a nuestro personaje (que apenas hay dos pares de opciones donde elegir) nos metemos en la acción de lleno con la primera batalla de nuestra/o mercenaria/o de los Espadas Libres aniquilando a un esqueleto. Puede que en cuanto a personalización del aspecto del personaje sea algo pobre, pero en lo que sí que tenemos donde meter mano a saco es en los tres diferentes árboles de habilidades, en la mejora del equipamiento, y en la creación de útiles como trampas, flechas y pociones.
Los tres árboles de habilidades disponibles hacen referencia a los tres estilos de combate que hay disponibles, los cuales se pueden combinar en tiempo real, dando mucha flexibilidad al combate: Lucha, para el combate cuerpo a cuerpo con hachas, mandobles y otras armas pesadas; Merodeador, para los que prefieran sorprender al enemigo acechándolo con sigilo o un combate más rápido usando dos dagas, y Piromancia, para poder hacer uso de las nuevas habilidades ígneas que nos proporciona el espíritu que llevamos dentro. No es necesario invertir puntos en cada rama de habilidades para poder utilizar las habilidades básicas de cada estilo de combate, pero sí para desbloquear nuevas y más potentes. Siempre podremos equilibrar nuestro estilo de combate gracias a las habilidades de nuestros acompañantes, aunque no siempre son tan útiles como fuera de esperar. Sybil la hechicera hará uso de su magia blanca para curarnos; Edwen la nigromante, en cambio, hará uso de la magia oscura con poderosos hechizos contra los enemigos, y si preferimos el apoyo de ataques a distancia, podemos echar mano de la ayuda de Rhelmar y su arco.
Además de invertir los puntos de habilidad en alguna de estas tres ramas, también nos darán unos puntos extras para invertir en rasgos cada vez que subamos de nivel. Los rasgos son pasivas especiales que se activan con dichos puntos y con pequeños logros dentro del juego. Por ejemplo, en los rasgos de exploración podremos aumentar nuestros puntos de vida máximos o la experiencia obtenida si derribamos a un número determinado de enemigos.
El combate peca quizás de ser demasiado sencillo. Tanto los enemigos como aliados tienen una inteligencia artificial bastante pobre. Los enemigos atacan en grupo y es imposible usar el contraataque o la esquiva contra uno si el resto va a atacarte igual y a la vez, y teniendo en cuenta que en apenas dos golpes estás muerto, pues se vuelve bastante frustrante. Quizás si hubiesen metido combos y que los enemigos no atacasen como pollos sin cabeza, hubiera mejorado mucho este aspecto. Además, los compañeros a veces son más un estorbo que una ayuda, ya que muchas veces apenas participan en los combates. Otra cosa bastante frustrante es cuando nos noquean y nos quedamos en el suelo un par de segundos sin poder levantarnos, algo común si no fuese porque los enemigos te siguen atacando, siendo la muerte el resultado de un simple placaje. Con todos estos “peros” los bosses finales se vuelven bastante imposibles de derrotar, necesitando una media de 5 muertes para poder acabar con ellos.
Algo que queda claro es la influencia de Dark Souls en este juego, no solo por la ambientación y el estilo del juego, también por su dificultad, aunque en Bound By Flame hay un desequilibrio importante. Hay una curva de dificultad que nos lleva de lo más sencillo a lo desesperante aleatoriamente, y no porque los enemigos sean realmente un reto, sino por la grandes hordas y su pésima inteligencia artificial. Puede que el atractivo de Dark Souls sea esa frustrante dificultad, pero no sucede lo mismo en Bound By Flame, y pronto te verás desinstalando el juego de tu biblioteca para siempre.
Una de las cosas que más me ha gustado es el sistema de mejora de equipamiento y creación de útiles. Enredar en la gestión del personaje es algo que siempre me ha gustado, y más cuando te dan la libertad de elegir las mejoras o la posibilidad de crear cosas con los objetos que saqueamos por los mundos, aumentando así el entusiasmo de rebuscar en cada esquina de los escenarios, algo que me encantaba de juegos como Kingdom of Amalur. Conforme exploramos o derribamos enemigos, conseguiremos oro o metales que pueden servirnos para construir pociones, flechas o incluso armas. Los mismos materiales sirven también para añadir mejoras al equipo que llevemos, siempre que tengan unas ranuras para ello. Lo que me parece un error es que exista la posibilidad de convertir cualquier material en el propio inventario usando oro, lo que le quita la gracia a todo el sistema.
Gráficos
Me encuentro un poco entre la espada y la pared en este apartado, ya que por una parte los detalles de los escenarios están bien cuidados, pero el resto deja demasiado que desear. La ambientación del juego me parece preciosa, pero una tras otra he visto fallos sin pulir que se han ido sumando a una bola de desperfectos, afectando a veces incluso al disfrute del juego. Hay una completa falta de animaciones, sobre todo en las faciales cuando conversamos con los personajes, habiendo cortes como si pusiesen la misma secuencia una y otra vez. Lo que más me disgusta sin duda es la excesiva iluminación que tiene todo; los personajes parecen tener un foco de luz a 2 metros de sí que a veces te hacen apartarte de la pantalla.
Los escenarios son pequeños y “pasilleros”, aunque el cambio de zonas da bastante variedad, desde ciudades en ruinas, pasando por bosques y espacios nevados. El diseño de los enemigos es mucho más llamativo, sobre todo por el juego que dan los esqueletos. También encontramos bastantes bugs en las conversaciones con los NPCs, que aparecen y desaparecen a su antojo, llegando a incluso mantener conversaciones con la “nada”.
Sonido
El juego llega con subtítulos en español pero no doblado, y casi que se agradece, pues da la sensación que los actores de voz están leyendo un guión sin apenas entonación. Y digo que se agradece porque normalmente las mejores voces son en versión original, y no quiero ni imaginarme el resultado si no mejorasen la calidad en nuestro idioma.
Si sois un poco “tiquismiquis” como yo, la traducción no os resultará atractiva al ver que los textos en español difieren a veces bastante de lo que realmente dicen en inglés. Ya no solo por la traducción, sino por el desfase temporal que tiene, porque las expresiones que hay para la época en la que se desarrolla el juego están totalmente fuera de lugar. Parece que los guionistas querían darle un toque de humor y personalidad a los personajes, pero no estoy muy de acuerdo de que lo hayan conseguido. Solo les ha faltado soltar un “qué pasa contigo, tronco” para que el vaso se colmase.
En cuanto a la banda sonora, está bastante lograda, con las melodías de tensión en los momentos de peligro que nos ponen en preaviso para el combate, algo realmente útil teniendo en cuenta la dificultad de las batallas por el gran número de enemigos que podemos encontrarnos de una sola vez.
Conclusión
No digo que Bound by Flame sea un juego pésimo, ni malo, pero si que ha tenido una mala ejecución con una propuesta que podría haber dado muchísimo más de sí. Hay una trama interesante que no se ha llegado a exprimir tanto como nos hubiese gustado, y menos con una duración tan excesivamente corta. Da la sensación que Spiders se quedaron cortos de tiempo y tuvieron que cortar el juego y acelerar el proceso, quizás porque quisieron abarcar mucho en poco tiempo, y todo se resume a que nos han dejado a medias, como un mal polvo.
Sólo si sois amantes de juegos como KOA o Dragon Age 1 podría llegar a gustaros mucho el juego, pero la gran cantidad de aspectos negativos, la cortísima duración y el excesivo precio (debería costar por lo menos 20 euros menos teniendo en cuenta lo que ofrece), me hace imposible recomendar el juego.
Fuente: TecnoSlave
Zack_VII escribió:Mmm viendo gameplays me atrae lo qu eveo sobretodo a nivel ambiental, contextual, diseño de escenarios y enemigos a nivel artistico y el combate se ve dinamico, pero leyendo por aqu hay algo que me inquieta, algunos decis que es muy facil y otros que puede llegar aser frustrante xD enque quedamos? Yo paciencia hoy en dia la justa, odio repetir x veces la misma zona sin progresar y demases, vaya, no puedo con algo ocmo los souls hoy en dia, asi que, este podria ser una alternativa light? o no?
