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En 2002, un joven taxista afgano transportaba a tres pasajeros hasta la zona de Khost, donde acababa de ser atacada una base estadounidense. Estaba en mal lugar en el peor momento y fue detenido por las tropas de EE UU. Cinco días después moría a consecuencia de las torturas a las que fue sometido.
Este hecho es el hilo conductor del documental "Taxi al lado oscuro", realizado por Alex Gibney -reputado productor, guionista y director, responsable del documental nominado al Oscar Enron: Los tipos que estafaron a América-, que desvela las torturas del ejército norteamericano en centros de internamiento como los de Bagram, Abu Grahib o Guantánamo a través de duras imágenes de las torturas y del testimonio de algunos de los militares que participaron en ellas siguiendo las órdenes de un Gobierno para el que todo está justificado en la lucha contra el terrorismo.
Ganador del premio al Mejor documental en el Festival de Tribeca 2007.
El documental trata sobre las "nuevas reglas de guerra" impuestas en la base estadounidense Gitmo, situada en la Bahía de Guantánamo. El fin de estas reglas es constituir una nueva imagen del ejército, a raíz de los escándalos por los casos de abuso y tortura en la prisión de Abu Ghraib.
Preocupados por el trato que recibe un ciudadano sueco retenido en la base, Eric Gandini y Tarik Sadeh comienzan su andadura, que los llevará desde Guantánamo hasta la prisión de Abu Ghraib, pasando por lugares como Washington o Estocolmo.
El rodaje del documental comenzó en la base de Gitmo, donde los directores comprobaron la situación de los recluidos, y entrevistaron a antiguos prisioneros. Pero durante el rodaje sale a la luz la denuncia de las torturas y abusos que sufren los recluidos de Abu Ghraib, la prisión estadounidense de Irak. Esto desatará la puesta en marcha de las "nuevas reglas de guerra" del gobierno de EE.UU., que intenta redefinir a su ejército y evitar que Gitmo se convierta en la nueva Abu Ghraib.
"Gitmo" expone las nuevas pautas del campo de prisión de Guantánamo, donde los prisioneros pasan a ser "combatientes ilegales", y los soldados tienen prohibido hablar bajo acuerdos de "cláusulas de no divulgación".
El documental obtuvo el Premio Joris Ivens en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam (IDFA) 2005.
Es la historia de cuatro amigos británicos que en septiembre de 2001 viajaron desde Tipton, en las Midlands inglesas, para asistir a una boda y para unas vacaciones en Pakistán. Tardaron dos años y medio en volver a casa.
Su viaje los llevó desde Tipton hasta Karachi, Kandahar, Kabul y Konduz, donde fueron capturados por la Alianza del Norte (formada por distintas facciones de grupos armados unidos por el objetivo de derrocar al régimen talibán) y luego pasaron a manos de los estadounidenses, que los condujeron a Kandahar. Desde allí, tres de ellos (Shafiq, de 23 años; Asif y Ruhel, ambos de 19 años) fueron trasladados a la base norteamericana de Guantánamo, en Cuba, donde permanecieron más de dos años prisioneros, sometidos a incontables humillaciones y torturas.
El 5 de marzo de 2004 fueron trasladados al Reino Unido. En Londres, tras ser interrogados, fueron puestos en libertad sin cargos.
Este documental supone una investigación extraordinaria sobre las prisiones estadounidenses en Guantánamo (Cuba), para los miembros de Al Qaeda, los Talibanes y otros terroristas. Durante más de dos años, 660 prisioneros han sido retenidos en la base militar de Guantánamo, sin disponer de abogados y sin recibir visitas de los consulados de sus países. Tampoco han sido acusados de ningún delito en particular. A pesar de que durante la visita realizada a Guantánamo la información estaba restringida, pudimos obtener la historia real de las condiciones en la prisión entrevistando a algunos de los prisioneros recientemente liberados.
En el documental se incluyen diferentes entrevistas, que cubren todos los lados de la cuestión; se examina el destino de los prisioneros europeos de Gran Bretaña y Francia retenidos en Guantánamo y los intentos que se han realizado para devolverlos a sus respectivos países, para que sean juzgados de acuerdo a sus respectivas leyes. Asimismo, se estudian las recientes demandas ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos para que los prisioneros sean tratados según las leyes de Estados Unidos.
Nominado al Oscar al mejor documental y ganador del Premio especial del jurado en el Festival de Sundance, "La guerra sin fin (No End in Sight)" examina los decisiones tomadas por la Administración Bush en torno a la invasión de Irak en 2003, mostrando la incompetencia, temeridad y deshonestidad de quienes estaban al mando.
El documental prueba los graves errores cometidos por el Gobierno al planear y ejecutar la invasión, como la omisión de las informaciones del servicio secreto estadounidense, la carencia de planes de seguimiento, los fallos del Gobierno interino de Bagdad o las insuficientes tropas que se enviaron al país. Así, crea un poderoso retrato de cómo la arrogancia y la ignorancia transformaron una -supuestamente- fácil victoria militar en una guerra que parece no tener fin.
"La guerra sin fin (No End in Sight)" se apoya en 200 horas de grabación, entrevistas con civiles iraquíes, soldados estadounidenses y altos cargos del ejército y de la administración Bush, como el vicesecretario de Estado, Richard Armitage; la embajadora de EE UU en Bagdad en la primavera de 2003, Barbara Bodine; el entonces Jefe de Gabinete de Colin Powell, Lawrence Wilkerson; o el general Jay Garner, a cargo de la ocupación de Irak en mayo de 2003.
A través de ellos, el documental disecciona las decisiones de la Administración Bush y sus consecuencias, que incluyen 3.000 soldados estadounidenses muertos y 20.000 heridos, cientos de miles de civiles iraquíes asesinados, un coste económico de más de dos billones de dólares y la pérdida de imagen del Gobierno y el ejército de EE UU.